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La fiesta del “tampering” se hizo realidad

La fiesta del “tampering” se hizo realidad

Héctor García

Tal y como advertí la fiesta del “tampering” se dio por todo lo alto en la Liga de Béisbol Profesional Dominicana (Lidom). Ese irrespeto, jamás visto, inició con la semilla plantada por un gerente general al dejar de manera inconsulta a los Gigantes del Cibao para irse a los Toros de Este, bajo la infantil excusa de que iría a trabajar con una organización de Grandes Ligas.

La germinación de esa semilla fue un golpe demoledor para la gestión
inmaculada que llevaba Vitelio Mejía, padre de Jesús Mejía, al frente Lidom. Miren si el “tampering” fue tan festinado que el 15 de marzo cuando venció el acuerdo que señala que los jugadores debían esperar para negociar con un equipo diferente a su original, ya todos los acuerdos se habían concretado y solo esperaron hasta el día siguiente para oficializarlos. Es decir, una acción muy parecida a lo que sucede en el mercado de firmas de los prospectos de Grandes Ligas, que cuando vienen a darse a conocer, hace tiempo que ya están acordados.

Tan pronto como el 16 de marzo, el mismo Jesús Mejía anunció haberle dado otro golpe demoledor a los Gigantes del Cibao, arrebatándole a ”fuerza de papeletas” al receptor Webster Rivas, quien supuestamente recibió un gran contrato de RD$1.4 millones por año.

Mejía también oficializó las firmas del lanzador Esmil Rogers y el receptor Yermín Mercedes, ambos desde los Tigres del Licey, y el jardinero Aneury Tavarez, de las Águilas Cibaeñas. Quizás en tiempo hábil, los Toros ficharon a los veteranos Wirfin Obispo desde las Estrellas; Ronny Rodríguez, de las Águilas; Pablo Reyes del Licey, y Gustavo Núñez, de las Estrellas. El gerente general del Licey, Audo Vicente, no se quedó atrás y también participó de la fiesta del “tampering”, quitándoles a los Gigantes del Cibao al lanzador zurdo José de Paula, quien echó a un lado una gran oferta de su equipo original, para irse a los azules.

De igual modo, se llevaron al relevista José Cisnero, también de los Gigantes del Cibao; al derecho Radhamés Liz, desde las Estrellas, y al utility Danny Santana, desde los Toros del Este.

Vicente tuvo que apretar los pasos para que no le llevarán a los estelares César Valdez, y Emilio Bonifacio, quienes recibieron muy buenas ofertas de otros equipos. La comitiva de los Leones del Escogido también bailó en la fiesta del “tampering,” llevándose a Orlando Calixte, desde las Águilas; a los jardineros Abraham Almonte, Toros, a Yeison Asencio, Licey, y al inicialista Sandber Pimentel, Estrellas.

Las Águilas se unieron al bonche, llevándose al receptor Carlos Paulino y al lanzador Richelson Peña, Gigantes del Cibao; al infielder Starlin Castro y al derecho Leuris Gómez desde el Escogido.

Los nuevos gerentes generales Manny García, Estrellas Orientales, y Luis-Pipe-Urueta, Gigantes del Cibao, no se dejaron sentir en la gran fiesta del “tampering”, siendo el colombiano Urueta el más sufrido en estos movimientos, ya que a papeletas le arrebataron varios jugadores que no querían perder.

Hasta ahora, Lidom ni la Federación de Peloteros Profesionales,
(Fenapepro), se han referido al tema, a sabiendas del gran daño que
eso le provocará al principal pasatiempo de los dominicanos.
Lo sucedido con la guerra de papeletas es muy peligroso para el futuro del torneo de béisbol profesional que desde ya se asegura que no podrá ser sostenido por los equipos.

Para poner un ejemplo, ningún jugador activo en MLB soportará que uno que está sentado en su casa como Webster Rivas gane RD$1.4 millones y a él le oferten menos. Reitero: la Lidom sigue perdiendo facultades institucionales y eso no le conviene a los que invierten en ese negocio, como tampoco a los amantes del deporte del bate y la pelota.

Por: Héctor García
hectorgarciasr@gmail.com

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