Opinión

La fiscal y la Justicia

La fiscal y la Justicia

POR: Luis Pérez Casanova
l.casanova@elnacional.com.do

 

¿Cómo confiar en un sistema judicial que una figura tan representativa como la fiscal del Distrito Nacional lo define como corrompido? “Este sistema está corrompido…y sé que está corrompido, porque lo digo desde adentro”, expresó Yeni Berenice Reynoso a propósito de la investigación por corrupción y lavado de activos contra el exministro de Obras Públicas, Víctor Díaz Rúa. Quizás la magistrada no sea el mejor ejemplo de integridad, lo que tampoco es razón como para pasar por alto su descarga contra el Poder Judicial, al que involucró en la designación de la jueza Margarita Cristo Cristo para fallar el proceso en favor del exfuncionario.

En el incidente con la magistrada Cristo Cristo en torno al caso Díaz Rúa, la fiscal del Distrito Nacional fue todavía más lejos al sentenciar que “por eso es que está sociedad está así, y por eso es que a mí me da vergüenza ser parte de este sistema”. Entre los muchos dardos que soltó, uno de los más filosos y dignos de aclararse, (aunque nadie pareciera inmutarse), fue el que se refiere a la amenaza con destituirla del cargo si no daba el caso por cerrado, que le profirió –según ella—alguien que fue a su despacho. El nombre de esa persona lo ha mantenido como un secreto de Estado, lo que de alguna manera se presta a muchas conjeturas, sobre todo porque roza con la responsabilidad y transparencia que ha proclamado, además, como han planteado algunos juristas, de que la supuesta presión raya en un delito.

El loable interés en aclarar una querella por corrupción contrasta con la actitud que ha asumido la fiscal del Distrito Nacional en otros casos. Verbigracia, su decisión de desestimar de manera pura y simple, sin tomarse la más mínima molestia, el expediente presentado por el doctor Guillermo Moreno contra el expresidente Leonel Fernández. Con Díaz Rúa, cuyo caso ha personalizado, da la impresión de un espectáculo con el doble propósito de apuntalar su imagen, por un lado, y por el otro, engatusar a la opinión pública sobre su independencia y firmeza.

Al margen de las intríngulis o intereses de poder que puedan rodearlo, el escándalo sacude los cimientos del Poder Judicial. Si la fiscal del Distrito Nacional aduce que está asqueada del sistema que representa ¿cómo puede hablarse de una justicia independiente, imparcial, responsable y honrada? No deja de ser sintomático que el vendaval se produzca cuando precisamente se trata de cercenar el derecho de la ciudadanía a querellarse contra funcionarios.

Y desconcierta todavía más que a pesar de las gravísimas imputaciones el presidente de la Suprema Corte de Justicia ni el procurador general de la República se hayan abocado a una investigación para establecer responsabilidades sobre la denuncia de Reynoso. La población no se asombra porque, a fuerza de golpes, ha perdido esa capacidad.

El Nacional

Es la voz de los que no tienen voz y representa los intereses de aquellos que aportan y trabajan por edificar una gran nación