Opinión

La grandeza de Alí

La grandeza de Alí

Duelo universal ha ocasionado la muerte reciente de Cassius Clay, quien ingresó a la religión musulmana después de coronarse campeón de los pesos completos al vencer a Sonny Liston, el 25 de febrero de 1964. Asumió el nombre de Muhammad Alí, despreciando el original porque no era un esclavo y estaba de acuerdo con la libertad.

Se le atribuye haber revolucionado el boxeo por su depurada técnica, al exhibir rapidez de piernas y de manos. Defendió su corona en diferentes ocasiones, incluyendo con el propio Sonny Liston, pero en 1967 fue despojado del título mundial al negarse a combatir en Vietnam, alegando que su religión le impedía acudir a esa guerra, no tenía ningún conflicto con el Vietcong y no recorrería miles de kilómetros para ir a matar a gentes pobres.

En 1984 fue diagnosticado con el Mal de Parkinson, una enfermedad progresiva del sistema neurológico. Muchos atribuyen la enfermedad de Alí al castigo recibido en el cuadrilátero, pues solía pedir a sus adversarios ir hacia donde él a pegarle. Tenía una incomparable confianza en sí mismo, pero sufrió el desprendimiento de su mandíbula al recibir un gancho de izquierda de Ken Norton, en pelea celebrada el 31 de marzo de 1973, aunque posteriormente venció al mismo Norton en otros dos combates.

Muhammad Alí sorprendió a la afición boxística mundial al noquear en el octavo round al invicto pegador George Foreman, el 30 de octubre 1974, después de pasarse la mayoría de los asaltos en las sogas, cubriéndose el rostro, recibiendo poderosos golpes de un hombre que acostumbraba a tumbar a sus adversarios en los primeros dos asaltos. Los golpes de Foreman, en ese combate, se asemejan a los que se dan con una mandarria a una pared para derribarla.

En 1975 Alí defendió el título mundial, en Manila, Filipinas, ante Joe Frazier, antiguo campeón de los pesados, que era un verdadero toro en el cuadrilátero, con un gancho de izquierda que tumbaba en un 90% de las veces que lo conectaba. Fue considerada por los expertos como la pelea del Siglo XX y Alí ganó por nocaut técnico cuando Frazier, con la boca y la cara ensangrentadas, se negó a salir para el round número 15.

La grandeza de Alí, con una gracia y un carisma incomparables, no se limitó al ring. Fuera del ring fue un defensor de los derechos humanos y un luchador contra la discriminación racial. George Foreman lo define como un excelente ser humano.

El Nacional

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