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La misa del padre Chelo y el peregrinaje de la fe

La misa del padre Chelo y el peregrinaje de la fe

COTUI.- Llegan como en manadas bien temprano de la mañana a la misa del padre Chelo, en Fantino, desde distintos puntos del país en busca de sanación de sus enfermedades, algunos, y otros van detrás de suerte, confiados de que al regresar a sus casas lo llamen de algún trabajo o logren su visa cuando acudan al consulado.

Todos los miércoles, ese centenar de hombres, mujeres, adultos mayores con lesiones y dificultades motoras, no videntes y niños, inician un peregrinaje a la iglesia del padre Rafael Delgado (Padre Chelo), movidos por la fe de que tras la misa de las 8:00 serán ungidos del Espíritu Santo, y así se cumplirán sus designios.

Al llegar al templo, aún en construcción en un área de más de 300 metros cuadrados, los empleados entregan sobres blancos para que los devotos hagan la ofrenda que entiendan merece la iglesia.

Ya en el interior del templo, algunos empiezan a orar y a pedir del altísimo su intervención para que se cumplan sus propósitos. Otros, ya un poco cansado por el viaje y haber llegado bien temprano a la misa, se levantan de sus asientos, pasan a la cafetería y compran un vaso de chocolate con arepa cibaeña.

El padre Chelo llegó ese día a la iglesia a las 7:18 de la mañana, en una camioneta doble cabina, color gris, y de inmediato recibió informaciones de los empleados del parqueo, quienes le informaron de que el estacionamiento del templo estaba casi repleto de vehículos.

Después el padre Chelo conversó con sus compañeros sacerdotes y diáconos por algunos minutos; luego  avanzó a la parte de atrás de la iglesia, se  colocó la sotana blanca y comenzó a recibir las confesiones de los feligreses, quienes le manifestaban el motivo por el cual estaban en la misa; mientas el personal técnico del canal de televisión hacía los preparativos para la transmisión en vivo del oficio religioso denominado “La Voz de María”.

Unos 30 minutos después, comienzan los cánticos en el interior de la iglesia, y los ayudantes del padre Chelo, con micrófono en manos, dan inicio a la sesión de informaciones con el nombre de la persona y su petición al Todopoderoso para que cure su dolencia o le facilite su deseo.

La iglesia  está  llena, con casi 900 personas sentadas en cada una de las sillas de las 14 filas de asientos, y los últimos en llegar tienen que escuchar la misa de pies. Algunos se  acomodan como puedan.

El padre Chelo sube al pulpito y anuncia que el acto religioso no sería oficiado por él, sino por el sacerdote Julián Basora, “pero es un sacerdote de  Dios”, según dijo.

A las 8:16 de la mañana comienza la misa y el padre Basora sustenta sus  alabanzas  en las profecías de Daniel y Lucas. Pide a los fieles que se pongan de pies y levanten sus manos para arriba y alaben, repitió, una y otra vez con mucho ánimo. Camina de un lado a otro cerca del pulpito.

En la iglesia sólo se escucha el sonido de la voz del sacerdote,  el  auditorio está en silencio. Un viento suave del noreste procedente de la cordillera Central crea un ambiente agradable en el templo, y de repente, en el bloque de asientos de la parte central y del lado derecho, caen de bruces dos personas,  alguien se acercan  y otras voces exclaman ¡déjenlo que se están liberando!. Luego se vieron caer otros, pero el padre Basora siguió con sus alabanzas.

Una señora al observar que continúan cayendo con patatús otros de los fieles,  expresa a su acompañante, “la presencia de Dios se está manifestando”.

La congregación tampoco muestra interés por el paisaje natural alrededor de la iglesia, localizada en Santa Rosa de Lima, Rincón, La Vega, por la carretera que comunica a San Francisco de Macorís, a unos dos kilómetros de la autopista Duarte.  Todos los fieles están concentrados en las  alabanzas del padre Basora  y que  sus peticiones se cumplan tras su visita al Centro de Evangelización Padre Fantino.

En el desarrollo de la misa dos personas dan testimonios que fueron sanados por las bendiciones del padre Chelo. Una de ellas se identificó como Milagros, residente en La Vega, y quien narró que sufría de los riñones y acudió a una misa de sanación, y  de repente sintió un caliente por su cuerpo y quedó sana, pero acudió al templo a dar gracias.

En el sermón, el padre Basora exhortó a los fieles a tener cuidado y no aceptar nada indebido, “porque las cosas de Dios vienen de Dios y no se dejen llevar de los placeres” para que no les ocurran como al rey Nabucodonosor II, gobernó a Babilonia entre los años 604 a 562 ante Cristo y reconocido por su  monumental actividad constructora de los famosos Jardines Colgantes de Babilonia, conquistó Judá y Jerusalén, pero perdió el rumbo de su gobierno y la vanidad los afectó.

A las 10:31 de la mañana repartieron la hostia entre los fieles que la podían recibir,  pero ante de finalizar el padre Chelo anunció de las demás actividades de la iglesia; y sobre todo, recordó que todavía necesitan más dineros, porque falta instalar los hierros y concluir con la construcción de la cafetería.

Tomás Vidal Rodríguez

Periodista especializado en investigación de datos