Con todo y las presiones de Donald Trump para apropiarse del canal de Panamá y las estocadas de Venezuela y Nicaragua al sistema democrático, parece que en la región haya una crisis más prioritaria que la haitiana.
La decisión del nuevo secretario general de la OEA, Albert Ramdin, de colocarle como primer punto de la agenda se explica más por la exigencia de Estados Unidos al organismo para que juegue su papel frente a la problemática.
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De todas maneras alienta que la OEA vea la violencia, la inseguridad y la ingobernabilidad en Haití como un desafío para su capacidad mediadora en los problemas interamericanos.
Pese a los muchos esfuerzos el saliente secretario general, Luis Almagro, nada pudo hacer para superar la densa y compleja crisis de la vecina República. Es posible que Ramdin, con el apoyo de Washington, tenga más suerte