Opinión Articulistas

La protesta recurrente

La protesta recurrente

Rafael Peralta Romero

En la sociedad dominicana, la protesta se ha convertido en una necesidad recurrente y así se muestra el lado vicioso de nuestra democracia. Es obvio que la democracia entraña el disenso, que es la prerrogativa de mostrar pareceres diferentes a los de quienes gobiernan, sin que autoridad alguna lo impida.

En ocasiones, la recurrencia de una conducta o de cierto hábito se trueca en una perversión o un extravío. Hasta el consumo de agua potable, que se supone el alimento más indispensable, puede conducir a esta condición, si el sujeto una vez que la ha tomado tiene que recurrir a beberla y a poco necesita repetir la acción.

El protestar, entre nosotros, se asemeja a cierta fiebre, denominada recurrente, porque reaparece después de algunos instantes de cesaciones. Todos sabemos que la fiebre es un estado anómalo que provoca malestar en el organismo y la persona afectada se ve impedida de realizar sus actos y ocupaciones regulares.

En República Dominicana hay protestadores de oficio y protestadores patológicos. De ambos grupos se benefician lideres políticos que poco pueden ofrecer al electorado. Ellos mismos están afectados del síndrome de la protesta, lo cual incluye oponerse a toda iniciativa gubernamental. Han interpretado la tolerancia como un lado débil del actual Gobierno.

El presunto menoscabo al Jardín Botánico para la ampliación de la avenida República de Colombia activó el protestar recurrente y los rezongos se esparcieron sobre el ámbito nacional. La necesidad de protestar fue satisfecha, aunque los protestadores desconocían el proyecto vial. Es difícil solventar las necesidades recurrentes.

He aquí la sorpresa: el jardín Botánico, un tesoro público querido por todos, no será tocado. El pasado lunes lo proclamó el presidente Luis Abinader, el miércoles lo reiteró el ministro de Obras Públicas, Eduardo Estrella. Y dijo algo nuevo que debe bajar la fiebre recurrente y quizás aislar el virus que la causa.
El proyecto de transformación de la avenida República de Colombia respetará los espacios ecológicos y sumará nuevas áreas verdes: “Para el Gobierno es un compromiso que la verja del Jardín Botánico no se va a tocar. Esta obra se hará respetando los espacios ecológicos y sumando nuevas áreas verdes”.

Para terminar, quiero citar una opinión del municipalista Pedro Richardson: “La solución vial planteada para una movilidad de 21 mil vehículos que entran y salen por la República de Colombia, la agilización del tránsito, superando embotellamientos superiores a dos horas, es la mejor justificación desde el punto de vista del desarrollo sostenible que se puede presentar”.