Reportajes

Las apps de préstamos roban información a clientes para luego chantajearlos

Las apps de préstamos roban información a clientes para luego chantajearlos

Las aplicaciones de préstamos extorsivos también son conocidas en América Latina.

En México, la ONG Consejo Ciudadano ha recibido 19.200 denuncias desde 2020 por los abusos de estas aplicaciones y sus responsables tienen constancia de dos tentativas de suicidio de personas extorsionadas.

A la conocida modalidad de manipular fotos sustraídas del celular de las personas que utilizan alguna de estas aplicaciones y compartirlas con fines difamatorios con sus contactos, se ha sumado recientemente la del “secuestro” del celular del afectado.

Los extorsionadores instalan en el dispositivo del extorsionado un programa maligno que impide acceder a la información que contiene hasta que no se cancele la deuda que reclaman.

Según los datos de la ONG, recientes intervenciones policiales han contribuido a reducir el número de denuncias, que aún rondan las 800 mensuales.

En Colombia, la Superintendencia de Industria y Comercio (SIC) reportó entre enero y julio de 2022 338 denuncias a las aplicaciones de créditos digitales informales, pero los expertos creen que el número real de delitos es mucho mayor.

Según la SIC, los delitos cometidos son los de información engañosa, falla de calidad de servicio, cláusulas abusivas, no contar con mecanismos de atención y abusos psicológicos.

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Hasta la fecha hay 61 procesos de intervención a aplicaciones activos y 61 procesos judiciales con 459 personas (naturales y jurídicas) investigadas.

El número de afectados por estas extorsiones en Colombia asciende a 261.602, con una afectación reconocida de 4.317.590.287.132 de pesos (poco más de US$1.000 millones).

En el vecino Perú, las autoridades han detectado un aumento en este tipo de delitos.

El coronel Marco Conde, jefe de la División de Robos de la Policía Nacional de la nación sudamericana, le dijo a BBC Mundo que “prácticas como los préstamos extorsivos han sido frecuentes en Perú y se ha detectado un crecimiento en los últimos años”. Sin embargo, no hay cifras oficiales disponibles al respecto.

“En la mayoría de los casos se trata de fotos robadas que luego son manipuladas y compartidas con los contactos, pero también hay casos en los que se les reclama a esos contactos que paguen ellos la deuda pendiente”, indicó Conde.

Otros casos
Al menos 60 personas en India se han suicidado tras haber sido acosadas y amenazadas. Así lo reveló una investigación encubierta de la BBC, la cual expuso a quienes se benefician de esta estafa mortal en India y China.

Astha Sinhaa se despertó con la voz aterrorizada de su tía al teléfono.
“No dejes que tu madre salga de casa”, le dijo la mujer.

Astha sabía que tenía que detenerla.
“No la pierdas de vista”, le dijo su tía. “Porque se suicidará”.

Astha sabía que su madre había estado recibiendo algunas llamadas extrañas y que le debía dinero a alguien, pero no tenía ni idea de que había pasado meses de acoso y tortura psicológica.

La mujer había sido víctima de una estafa global con tentáculos en al menos 14 países que utiliza la vergüenza y el chantaje para obtener ganancias, destruyendo vidas en el proceso.

Cómo opera la trama
El modelo de negocio es simple pero brutal.
Muchas aplicaciones prometen préstamos sin complicados trámites en cuestión de minutos. No todas son depredadoras, pero muchas, una vez descargadas, recopilan los contactos, fotografías y tarjetas de identificación de los propietarios de los teléfonos, y usan esa información más tarde para extorsionarlos.

Cuando los clientes no pagan a tiempo -y a veces incluso cuando lo hacen- comparten esta información con un centro de llamadas en el que jóvenes, armados con computadoras portátiles y teléfonos, son entrenados para acosar y humillar a las personas para que paguen.

A finales de 2021, Bhoomi había pedido el equivalente a US$565 en varias de esas aplicaciones de préstamos, mientras esperaba recibir algunos ingresos de su trabajo. El dinero llegó casi de inmediato, pero con la deducción de una gran parte de los gastos.

Siete días después debía pagar, pero aún no le habían pagado a ella, por lo que pidió prestado a otra aplicación y luego a otra. La deuda y los intereses aumentaron hasta unos US$24.000.

Pronto los agentes de recuperación empezaron a llamarla. Rápidamente se volvieron desagradables, atacando a Bhoomi con insultos y abusos. Incluso cuando pagó, afirmaron que mentía.

La llamaban hasta 200 veces al día. Sabían dónde vivía, dijeron, y le enviaron fotografías de un cadáver como advertencia.

A medida que el abuso aumentó, amenazaron con enviar mensajes a todos los 486 contactos de su teléfono diciéndoles que era una ladrona y una prostituta.

Cuando amenazaron con manchar también la reputación de su hija, Bhoomi ya no pudo dormir.
Se endeudó con amigos, familiares y cada vez más aplicaciones: 69 en total. Por la noche, rezaba para que la mañana nunca llegara. Pero sin falta, a las 7:00 de la mañana, su teléfono comenzaba a sonar sin cesar.

Al final, la mujer logró devolver todo el dinero, pero una aplicación en particular, Asan Loan, no dejaba de llamarla. Agotada, no podía concentrarse en el trabajo y empezó a tener ataques de pánico.

Un día, un colega la llamó a su escritorio y le mostró algo en su teléfono: una foto de ella desnuda.
La foto había sido toscamente retocada con Photoshop, la cabeza de Bhoomi pegada al cuerpo de otra persona, pero eso la llenó de disgusto y vergüenza.

La mujer se desplomó junto al escritorio de su colega. Asan Loan había enviado la imagen a todos los contactos de su directorio telefónico. Fue entonces cuando Bhoomi pensó en suicidarse.

Un problema global
La BBC ha visto evidencia de que estafas como esta son realizadas por varias empresas en todo el mundo y durante la investigación descubrió que al menos 60 personas en India se han suicidado tras ser acosadas por este tipo de aplicaciones de préstamos.

La mayoría de las víctimas tenían entre 20 y 30 años: un bombero, un músico, una madre y un padre jóvenes que dejaron atrás a sus hijas de 3 y 5 años, un abuelo y un nieto.

Por: Poonam Agarwal,
Nupur Sonar
Stephanie Hegarty

(BBC World Service Eye Investigations)