Opinión

Lo que Danilo no quiere debatir

Lo que Danilo no quiere debatir

A falta de argumentos, el insulto y la descalificación. A ese juego se emplea a fondo el PLD bajo el dominio de Danilo Medina, quien a tres años y medio de gobierno, evidencia muchas sombras y pocas luces, todo con un fuerte olor a corrupción e impunidad, más de lo mismo, más de un partido que ha gobernado y nada ha cumplido en 12 años consecutivos.

La respuesta del Gobierno y de la sociedad civil ante la posibilidad de debatir en todos los niveles, fue del cielo a la tierra. El primero, dijo de forma prepotente que nadie, especialmente Luis, tenía la capacidad ni el mérito para debatir con el presidente. El segundo, respondió al unísono que para ir al gobierno hay que plantear ideas y contrastar con sus oponentes, al mismo tiempo que manifestamos en muchos sectores, la indignación de ser el único país de la región que no ha celebrado debate alguno.

Ahora bien, ¿a qué le teme Danilo? Muy fácil, a sus propios errores en el gobierno, a las promesas incumplidas y a la incapacidad de demostrar que no ha usado recursos del Estado en su campaña y que su gestión no es sinónimo de despilfarro. Esto tiene directas y nefastas consecuencias para la población más vulnerable, ajena a los servicios básicos, a la salud y educación de calidad, y la seguridad ciudadana y a un empleo formal y digno.

Lo que no quiere debatir Danilo son los temas trascendentales que definen el desarrollo de una nación. Si un día prometió terminar con el problema eléctrico, el tiempo se encargó de desmentirlo. Mismo caso con la corrupción.

Ni hablar de la seguridad ciudadana y el desempleo. Hoy la población dominicana vive con miedo, pendiendo del hilo de la informalidad y los pocos “cheles” que puede reunir cada mes, todo esto mientras la canasta básica sigue al alza y la vida se hace cada día más difícil.

Danilo no quiere debatir, por eso envía a sus ministros a descalificar a quien se le oponga. En la vereda del cambio, Luis Abinader suma y sigue, poniendo en la agenda pública los reales problemas del país, proponiendo soluciones y dejando en evidencia al actual gobierno, su despilfarro, el uso de recursos públicos en campaña y la incapacidad para solventar los problemas que aquejan al país. El cambio va en menos de 100 días.

El Nacional

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