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Los allantes de la ONU

Los allantes de la ONU

José Antonio Torres

La resolución del Consejo de Seguridad de la ONU sobre aprobar una fuerza multinacional para reprimir las bandas haitianas fue un boom momentáneo, ya que dos proyectos similares en el pasado reciente dejaron mucho que desear en cuanto objetivos logrados.

Ustedes recuerdan la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en Haití (Minustah), creada por este mismo Consejo en junio de 2004 para restaurar la paz y estabilidad en Haití tras la crisis de 2004, y que continuó hasta octubre de 2017.

El 2 de octubre de 2023, el Consejo de Seguridad autorizó una misión multinacional de seguridad de un año de duración para Haití, liderada por Kenia, con el objetivo de tomar medidas enérgicas contra la violencia desenfrenada de las pandillas que ha trastocado la vida de muchas personas en la nación caribeña.

Esta misión, al igual que la pasada fue un fracaso total debido a que el compromiso de la ONU de aportar 600 millones de dólares, se convirtió en apenas 125 millones que sumaron algunos países de manera voluntaria.

Para el caso de Haití, Estados Unidos aportó apenas 50 millones de dólares, sin embargo para la guerra de Ucrania con Rusia otorgó a los ucranianos 8 mil millones de dólares para mantener el conflicto bélico. Esto bajo el compromiso de que ese país le permita la explotación de sus minerales. Lástima que Haití no tenga nada que ofrecer.

Pero volviendo a la última resolución de la ONU, que sembró esperanza y llenó de algarabía a los delegados de la 80 reunión de esa entidad. Pero habría que hacerse algunas preguntas. Cómo de dónde saldrán los 5 mil 500 militares y policías que integrarían la Fuerza de Represión Antipandillas que se instalaría en Haití.

Pero aún queda la más importante en el aire, de dónde saldrá el dinero para mantener esa fuerza en el territorio haitiano. En la misma resolución se establece que los recursos serán por aportes voluntarios de los países de la ONU. Todavía nadie se ha canteado ni siquiera con un dólar.
El problema de Haití no se resuelve con discursos sino con acciones. ¿Estamos?