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Malos aires en la región

Malos aires en la región

Luis Pérez Casanova

Puede que no alcancen la categoría de tormenta, pero presagian malos tiempos los vientos que han comenzado a soplar en la región derivados de la disputa entre Venezuela y Guyana por el territorio de Esequibo. Tras el referéndum organizado por el Gobierno de Nicolás Maduro para anexarse la zona, Estados Unidos ha decidido acompañar al presidente Irfaan Alí en la realización de ejercicios militares conjuntos, un mensaje que de inmediato disparó las tensiones en el continente.

Si Maduro lo que ha querido es servirse con su dama, no es lo que le ha salido. La consulta, para colmo, ha estado lejos de unir a los venezolanos, pues solo contó, según el Gobierno, con un 50% de participación de los pocos más de 20 millones de personas habilitadas, pero en la que según la oposición no votó ni siquiera el 10%. Sin embargo, el régimen ha pretendido utilizarla como pretexto para perseguir a los políticos que denunciaron la manipulación del proceso. Con elecciones el año entrante, en las que el oficialismo no parece tenerlas todas consigo, la maniobra es muy evidente.

Venezuela alega que el territorio le fue arrebatado de mala manera en un laudo arbitral en 1899. En 1966 los dos países se comprometieron a buscar una solución práctica y satisfactoria al conflicto a través del Acuerdo de Ginebra. A falta de resultados los guyaneses, que al considerarse legítimos propietarios han otorgado contratos de exploración en la zona, apoderaron del caso a la Corte Internacional de Justicia, cuya jurisdicción ha sido desconocida por sus vecinos.

Si se pensaba que la llegada al poder en Argentina del ultra Javier Milei era suficiente para ensombrecer la atmósfera, el conflicto en torno a Esequibo representa otro nubarrón. Más aún cuando además de Estados Unidos, países del Caricom han expresado su disposición de unirse a Guyana en la defensa de los 160 mil kilómetros de Esequibo, una zona rica en petróleo y minerales de los que Maduro quiere adueñarse hasta con sus escasos habitantes. Si bien el Gobierno de Venezuela ha descartado el uso de la fuerza para ocupar el territorio, el ministro de Defensa, Vladimir Padrino, aclaró que esa opción es solo por ahora.

La situación ha llevado a Brasil, que limita con Guyana y Venezuela, a reforzar la presencia de sus tropas en la frontera, en tanto el presidente Lula da Silva,un izquierdista moderado, apeló al sentido común para evitar una escalada en una región en que los vientos que soplan no son precisamente navideños.

En lo que parece un reproche a Venezuela, el mandatario carioca deploró inventar historias para exacerbar las tensiones en una región en que el estómago a la derecha hoy pesa más que el corazón a la izquierda de los electores.