Mira Michels of Aid Access, takes a mifepristone pill in protest as demonstrators from both anti-abortion and abortion rights groups rally outside the Supreme Court in Washington, Tuesday, March 26, 2024. The Supreme Court is hearing arguments in its first abortion case since conservative justices overturned the constitutional right to an abortion two years ago. At stake in Tuesday's arguments is the ease of access to a medication used last year in nearly two-thirds of U.S. abortions. ( (AP Photo/Amanda Andrade-Rhoades)
Washington.- La audiencia celebrada este martes en el Tribunal Supremo de Estados Unidos sobre el uso de la píldora abortiva atrajo a las cercanías de la corte a cientos de manifestantes en favor del fármaco, quienes reclamaron el derecho de las personas a decidir sobre sus propios cuerpos.
“Urgimos a los jueces a que rechacen este caso porque está políticamente motivado y pone en peligro la salud reproductiva de las personas gestantes del país”, sentenció a EFE la directora senior de alianzas estratégicas de Planned Parenthood, Angela Cobián.
En la audiencia, cita clave en la guerra que los conservadores han declarado a la píldora abortiva, los jueces escucharon los argumentos de las partes implicadas en el conflicto que tiene su origen en la decisión de 2016 de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, en inglés), que flexibilizó las normas para obtener la mifepristona.
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La asociación médica antiabortista Alianza para la Medicina Hipocrática denunció que la pastilla se pueda recetar de forma telemática y ser enviada por correo, más allá de dispensarse en farmacias físicas, y una corte de apelaciones le dio la razón.
En este sentido, Cobián alertó que los grupos antiaborto, aparte de tratar de prohibir dicho procedimiento en todos los estados del país, ponen en riesgo la credibilidad de los procedimientos que utiliza la FDA que, según ella, “están basados en la ciencia y en la evidencia».
Convocadas por Planned Parenthood -una organización que ofrece servicios de salud reproductiva- y otras asociaciones en coalición como American Civil Liberties Union, las personas reunidas en las puertas del alto tribunal en Washington portaban carteles en los que se podía leer “prohibiciones fuera de nuestros cuerpos” o “el aborto es asistencia sanitaria».
Además, las organizaciones convocantes apuntaron que el acceso a dicha píldora se ha convertido en la única vía para abortar en algunos estados del país desde que el Tribunal Supremo anulase en junio de 2022 el fallo ‘Roe contra Wade’, que había protegido el aborto a nivel federal desde 1973.
La mifepristona fue autorizada para su uso en Estados Unidos en 2000 y Charlotte Odiase, una estudiante de la Universidad Estatal Morgan de Baltimore (Maryland) de 19 años, aseguró que, aunque se prohíba, “los abortos no van a desaparecer”, así que “es mejor que existan formas seguras de hacerlo».
“No podemos dejar de luchar porque el retroceso que estamos viviendo en los derechos reproductivos es preocupante”, añadió Reagan Wade, estudiante de la misma universidad de 23 años.
Un temor compartido por Debby Marval, de 68 años, quien reconoció a las puertas del Supremo estar “aterrorizada” por lo que pueda suceder con este caso y, sobre todo, en las próximas elecciones presidenciales de noviembre.
También a las puertas del TS acudieron varios miembros del grupo de defensa legal cristiano conservador Alliance Defending Freedom (ADF), que tiene como prioridades ilegalizar el aborto, restringir los derechos de la comunidad LGTBIQ+ y expandir las prácticas cristianas en las escuelas públicas y en el gobierno.
Separados de la convocatoria en favor de la píldora por una valla, los grupos antiabortistas -con menor presencia que sus opositores- mostraron carteles en contra de la FDA y con frases como “el aborto químico perjudica a las mujeres».
Uno de los argumentos principales de los que se oponen a dicho medicamento es que la pastilla no es segura y que ha habido víctimas por su culpa, por lo que piden a la FDA que priorice “la salud y el bienestar de las mujeres».
Una visión que no sustentan numerosos estudios, que defienden la seguridad de la píldora. Pese a su mayoría conservadora, el TS se mostró este martes contrario a la restricción de la sustancia, aunque no comunicará su decisión hasta finales de junio o comienzos de julio.
En pleno año electoral, el aborto se ha convertido en uno de los principales puntos de fricción entre demócratas y republicanos.