Opinión

Manuel Jiménez

Manuel Jiménez

En un viaje a San Martín me tocó cenar con una amiga y su novio. Era un afroamericano que parecía culto, por lo menos conocía el pensamiento de Malcom X, Aimé Cesaire y Franz Fanon. El encanto duró hasta que me dijo que se había trasladado al Caribe para montar centros de apuesta porque eran el medio más efectivo de que los pobres gastaran su dinero.

Él, dijo, vendía esperanza a costa de los miserables ingresos de los condenados de la tierra. Me excusé para ir a la farmacia, necesitaba un Alka Seltzer.

Por eso me asombré cuando leí que el PLD había seleccionado a Juancito Sport sobre Manuel Jiménez como candidato a síndico de Santo Domingo Este. ¡No lo podía creer! Y vi en esa selección una señal de los tiempos, la indetenible descomposición de un Partido que alguna vez ostentó las ideas de Juan Bosch.

Estuve mirando la biografía de Manuel en Wikipedia, que es tan vasta en sus logros que un artículo, quizás ni una docena, le harían justicia. De todo lo que leí esto me impresionó: “En 1989 Manuel Jiménez visualizó al PLD como el instrumento político ideal para materializar las ansias de pan, paz y justicia de los dominicanos”, algo que leí antes de ir a visitarlo en la Iglesia Paz y Bien y compartir con él y Fidelio un ladito de su colchón de huelguista de hambre.

¿Recuerdas Manuel cuando recorríamos el país y nos presentábamos en las Gobernaciones, en mi viejo Safari color amarillo pollito, junto con Mercader, Xiomara y Frank Almanzar? ¿Recuerdas tus anécdotas de vendedor de huevos duros y velas en tiempos de pobreza extrema en tu Cotuí natal?¿Y como nos reíamos con tus chistes sobre las mil maneras de ganarse la vida, con el ingenio popular?.

Eran los tiempos cuando éramos felices e indocumentados y tú no habías dado aún el gran salto a la fama con tu primer disco y tu primer concierto. Quien no sabe de amor no sabe nada, decías, junto con Maridalia; Amor Casual, argumentaba Wilfrido; con Agua y Sal te borro respondía Miriam Cruz; Dile, cantaba Sergio; Macho Pérez, entonábamos todas las feministas; Súbeme el Radio, tarareaban los tigueres, primer Rap que se gana los Premios ASCAP de los Estados Unidos. Hasta tu gran triunfo:

erroche, que te pone en boca de Ana Belén y Julio Iglesias y se canta hasta en cantonés y es interpretada por una veintena de los más reconocidos artistas internacionales.

Y, hasta que nos hiciste llorar a todos con Vivirá, disco con 22 canciones, romances, sonetos y cuentos cortos de Juan Bosch.
Hoy no sé qué decirle a quienes me llaman para preguntar si vivirás.

El Nacional

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