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El ingreso del Maine al puerto de La Habana no era esperado ni fue avisado a las autoridades españolas de la isla, motivo fundamental por lo que se descarta un sabotaje de España, que Estados Unidos nunca ha profundizado ni esclarecido las investigaciones que determinen de forma categórica, precisa, concordante y veraz, el origen del suceso.
Las investigaciones modernas concernientes a la explosión del Maine apuntan a que provino a lo interno del navío, por deflagración accidental de las carboneras, contiguas a 60 toneladas de pólvora negra, conforme rindió un informe el almirante Hyman Rickover en 1976, un trecho de 76 años.
Roosevelt obtuvo el apoyo mediático de los magnates de diarios William Randolph Hearst y Joseph Pulitzer, artífices de la prensa amarilla y corrompida, y Hearst publicó en su diario The Wolrd: “El barco de guerra Maine partido por la mitad por un artefacto infernal secreto del enemigo”, al siguiente día de la explosión, sin aguardar una declaración oficial ni menos el resultado de una investigación de la tragedia.
Theodore Roosevelt, en su condición de subsecretario de Marina, despachó el Maine a La Habana sin el conocimiento ni la autorización del presidente William MacKinley, acusando a España, sin tampoco prueba alguna, de ordenar colocar una mina al navío.
Batalla de la Colina de San Juan
El primero de julio de 1898, se produjo la batalla más sangrienta y decisiva de la guerra de independencia de Cuba en la Colina de San Juan, próximo a Santiago de Cuba, donde participó comandando la unidad de Rough Riders (Rudos Jinetes), el coronel Theodore Roosevelt, batalla donde perecieron más de dos mil militares estadounidenses y mambises que le secundaban y 1,100 heridos, y por los españoles 600 muertos y 170 heridos, y donde el valor de los dos ejércitos y los mambises, sobrepasaron los límites de la temeridad y el arrojo homéricos, y donde las tropas españolas que comandaba el general Arsenio Linares Pombo fueron derrotadas y aniquiladas.
Roosevelt otorga independencia a Cuba
Este estudio de investigación de ninguna manera pretende demeritar la figura epónima ni la grandeza como notable estratega del generalísimo Máximo Gómez, ni desconocer los ingentes sacrificios y las impresionantes pruebas de valor, temeridad, ímpetu sacramental, tenacidad y absoluta entrega sin fines mercuriales personales, que orlan la reputación del intrépido guerrero banilejo, sino situarlo en el pedestal que merece, sin alterar su protagonismo señero, pero separando el grano de las escorias, la verdad del mito.
El presidente Roosevelt se enorgullecía de haber propiciado la independencia de Cuba y retirar las tropas de ocupación en 1902, conforme expone en un estudio del comportamiento de Roosevelt el tratadista Serge Ricard, catedrático de la Universidad de Provence, Francia, en un documento que es posible disponer en Google, titulado “La revolución confiscada: Theodore Roosevelt y el nacimiento de la República de Cuba”.
El 20 de mayo de 1902, el gobernador militar de Cuba, general Leonard Wood, entregó al gobierno militar estadounidense a Tomás Estrada Palma, triunfador en las primeras elecciones presidenciales de la naciente República, pronunciando estas palabras:
“En representación del presidente de Estados Unidos (Theodore Roosevelt), yo les transfiero a ustedes el control de la isla, para que sea ejercido por ustedes bajo las previsiones de la Constitución de la República de Cuba, aquí mismo, adoptada y promulgada por la Convención Constituyente. Por lo anterior, declaro que la ocupación de Cuba por los Estados Unidos y el gobierno militar de la isla ha concluido”.
También a seguidas fue leído por el general Wood el mensaje enviado por el presidente Roosevelt que dice:
“Esta transferencia de gobierno y mando lleva consigo como expresa condición y el gobierno de los Estados Unidos, por vuestra conformidad presente, que os hacéis cargo de todas y cada una de las obligaciones contraídas por los Estados Unidos respecto a Cuba en virtud del tratado celebrado entre los Estados Unidos de América y S. M. la reina de España, (Isabel II), firmado en París el 10 de diciembre de 1898”.
Theodore Roosevelt, presidente de los Estados Unidos de América. El 20 de mayo de 1902.
El historiador Emilio Roig Leuchsering afirmó que si Cuba no debe su independencia a Estados Unidos, de no haber sido por su intervención, la guerra contra España se hubiese prolongado más con el balance de daños y muertes.
Ese día 20 de mayo de 1902, el primer presidente de Cuba, Tomás Estrada Palma, un confeso partidario de Estados Unidos y con el respaldo suyo, izó por primera vez la bandera de Cuba en La Habana.
En 1908 Estados Unidos propició nuevas elecciones presidenciales, resultando vencedor José Miguel Gómez, que derivó en un gran corrupto, a quien se apodó El Tiburón, respondiendo: “El tiburón se baña, pero salpica”, sugiriendo que no pocos lo imitaban en su corruptela.
Este trabajo de investigación intenta situar al generalísimo Máximo Gómez en su exacta inmedible dimensión, y para honrar a Clío, en relación a una confusión y un decir generalizado, extendido en el tiempo, con la versión vaporosa del mito.