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Medusa y Odebrecht

Medusa y Odebrecht

Luis Pérez Casanova

Ahora que el propio Ministerio Público se ha ocupado de sacar los trapitos al sol sobre la gestión de Jean Alain Rodríguez en la Procuraduría General de la República sería un gran aporte a la transparencia y la justicia determinar lo que pasó con los sobornos de Odebrecht y de la empresa Embraer para la compra de los aviones Súper Tucano. Después que se ha pisado el terreno es difícil aceptar como negativa para avanzar en ese camino que una cosa ni tiene que ver con la otra.

Tras escarbar hasta en la psique, la Pepca (Procuraduría Especializada de Persecución de la Corrupción Administrativa) encontró que Jean Alain había planificado utilizar la penalización con que Odebrecht se comprometió a resarcir el Estado con 184 millones de dólares, en virtud del acuerdo de lenidad, por los 92 millones que admitió haber erogado en sobornos para la adjudicación de obras. Además que los sobornados nunca han aparecido, La Procuraduría ignoró los pagos ilícitos por unos 10 millones de dólares que reconoció la empresa en las elecciones de 2006 y los que determinó el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación se efectuaron para otras siete obras y para Punta Catalina.

De investigarse los sobornos de Odebrecht no solo se hubiera hecho justicia al identificar y procesar a los sobornados, sino que en lugar de 184 millones la firma tendría que resarcir al pueblo dominicano con más de 300 millones de dólares.

El caso Medusa, en el que se ha puesto tanto interés, alegándose que el entramado de corrupción se inscribía en un proyecto presidencial del exfuncionario, es una magnífica oportunidad para desmenuzar la ignominia de coimas por las que no hay culpables. Por el caso de la constructora hubo que descargar a cuatro de seis imputados seleccionados con criterio político, mientras que en el expediente de los Tucano, en que se excluyó hasta a personas que habrían sido identificadas por la compañía como receptoras de los pagos, ocurrió lo mismo.

Con la investigación de los sobornos, o de las omisiones que la caracterizaron, la Pepca fortalecería su crebilidad, mejoraría la imagen de la justicia y haría un servicio inestimable al país. Jean Alain puede ser el hilo para aclarar todo lo relativo a las pesquisas de los pagos ilícitos de Odebrecht, así como para la compra de los aviones Tucano, a menos que las autoridades contemplen, que por cierto no es lo que parece, retomar las indagatorias por alguna otra vía.

Por las irregularidades que se han ventilado en la operación Medusa no se tiene claro si las omisiones obedecieron a intereses políticos, como siempre se ha pensado, o si hubo algún otro arreglo para, en el caso Odebrecht, exonerar a la empresa de resarcir al Estado con un mayor monto.