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Merecemos vivir en paz

Merecemos vivir en paz

Jerez Whisky

Jerez Whisky
juliocesar.jerezw@hotmail.com |


El ave gris de la delincuencia y la violencia sobrevuela amenazante los cielos de la República para nublar la paz que vivimos desde hace muchas décadas, fruto del trabajo y del entendimiento armonioso de un país que ha madurado como sociedad.

Esos nubarrones, evidenciados en los reportes periodísticos, me recuerdan aquel diálogo entre la paz y la guerra, escrito por el genio de la décima Juan Antonio Alix, por allá, por 1875, y que parece hecho para la posteridad, porque en estos días los delincuentes los parecen haber declarado la guerra a las autoridades, a las que desafían en avenidas, calles, callejones, barrios, campos y ciudades:

Tuvieron grande cuestión la Paz y la Guerra un día.
La Guerra a la Paz decía: ya verás mi condición:

La Guerra:
Aunque me nombran por Guerra, yo me llamo destructora,
Pues destruyo en una hora todo lo que hay en la tierra.
Lo malo todo se encierra en mi pecho de tal suerte que la sangre que se vierte para mi es de gran contento,
Sangre humana es mi alimento y mi placer es la muerte.

La Paz
Dijo el hombre Jesucristo: La Paz con vosotros sea.
Todo el mundo me desea porque desgracia evito.
La tierra donde yo habito se ve siempre florecida,
En mi reino no hay cabida para grillos ni pasiones,
Patíbulos ni expulsiones, y mi placer es dar vida.

La Guerra
Cuando estoy, en mi elemento el comercio no figura,
Se acaba la agricultura y la miseria aumento.
El hombre su pensamiento lo tiene en la carabina, roba, incendia y asesina, y al hijo quitó a la madre o al hijo le quitó al padre y de todos soy la ruina.

Juan Antonio Alix hacía la advertencia para los belicosos de la era de la manigua, pero lo que tenemos hoy son delincuentes sin piedad que viven perturbando la paz y socavando las bases de la economía nacional, que depende mucho de la imagen exterior.

Esa imagen que hemos logrados a bases de sacrificios, como un pueblo humilde, trabajador y servicial, la quieren destruir unos antisociales que no tienen piedad y no conocen límites en sus acciones. Esa imagen es vital para atraer inversiones extranjeras y seguir fomentando el turismo, columna vertebral de nuestra economía.

Esos antisociales no creen en la patria, en el progreso de la nación, en la prosperidad de nuestros hijos y demás descendientes. A ellos, hay que cortarle el paso a cualquier costo.

El presidente Luis Abinader está haciendo una excelente gestión de Estado, pero sería bueno que inicie una cruzada contra la delincuencia y también contra la violencia, sobre todo contra esa violencia intrafamiliar que acosa a la sociedad dominicana.

La disposición de controlar la bullanguería pública es una iniciativa que ayuda a disminuir esos focos de violencia y delincuencia que se anidan principalmente en los barrios de nuestras ciudades, pero eso debe ir acompañado de una campaña educativa de prevención.

En esa campaña deberían participar todos los sectores, incluyendo iglesias, sindicatos, escuelas y líderes políticos. No podemos dejar que los delincuentes y violentos cercenen nuestra paz que tanto añoramos.
Hasta la semana próxima, si el Divino Creador lo permite.

El Nacional

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