Opinión

Mesón Jamonero “Canete” en Boadilla del Monte, España

Mesón Jamonero  “Canete” en Boadilla del Monte, España

Regentado por su propietario, Carlos Sevilla, y su esposa Luisa Puerto, es un lugar de encuentro y buen yantar que recomiendo a quienes vengan a España, concretamente a la provincia de Madrid, por su calidad y magnífica atención a sus clientes.
Su primogénito, Carlos, echa una mano a sus padres y un cualificado camarero de barra y sala, José, lleva ya muchos años atendiendo también en este local que cuenta, además, con un espacio con mesas afuera para quienes prefieran degustar sus platos, o simplemente una buena cerveza, un buen vino, o una gran variedad de licores, al aire libre.
El mesón está situado en Boadilla del Monte, a unos 20 km de Madrid capital, en la calle Enrique Calabia esquina a la calle García Noblejas de esta localidad y su número de teléfono es el 916 33 27 68, (con el 34 de España delante), para los que quieran reservar mesa ya que es un lugar muy concurrido. Permanece cerrado los domingos y, en el mes de agosto, lo estará desde el día 3 hasta el 26.
La especialidad de la casa es el Jamón Ibérico de bellota, de gran calidad, que proviene de cerdos alimentados y cuidados en fincas particulares y de cuya calidad y buen corte, una cosa imprescindible para esta “delicatessen”, Carlos, el dueño, se ocupa personalmente de vigilar y mantener.
Pero, en general, la relación calidad-precio del local es evidente y lo demuestra en otros platos típicos de la gastronomía española como son el pulpo y el lacón a la gallega, la “bandeja de Ibéricos” (chorizo, salchichón, etc.), las anchoas con queso, la ensalada de tomate con o sin “ventresca”, el bacalao, la empanada de atún, el paté casero, los mejillones en escabeche, el picadillo de chorizo/morcilla, los torreznos, la “torta panboly”, la cecina de León, el estofado de ciervo, las albóndigas caseras, etc., además de un entrecot que saben preparar en su punto, una virtud de la que no pueden presumir en cualquier restaurante.
El ambiente del lugar es más que agradable, uno se siente como si estuviera en casa ya que la atención es plenamente personalizada y la clientela consolidada hace que los encuentros con personas conocidas sean frecuentes.
En resumen, como les comento al inicio de este artículo, es un sitio al que no hay que dejar de visitar cuando se pueda dar una vuelta por Madrid.

El Nacional

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