Opinión

Metas del 2015

Metas del 2015

Al comenzar un nuevo año es normal que la gente se trace metas en procura de ascender en la escala social, económica, cultural, política, artística y deportiva. Depende de la vocación y de las aspiraciones particulares de cada persona. Pero crecer, indistintamente del área, no se alcanza mediante el anhelo o simple sueño, demanda del trabajo tesonero y arduo.

Lo primero es que toda persona debería de tener sus metas definidas. Y preguntarse: ¿Qué hice y qué no hice el año pasado para cristalizar determinadas aspiraciones? Nada de lamentaciones por los posibles yerros cometidos durante el 2014, lo que procede es enmendar los errores.

Aquellos que de una u otra forma hacemos algún tipo de ejercicio de la actividad política —ya sea desde el partidarismo o aportando simples opiniones desde los diarios nacionales— también requerimos de un balance desapasionado de las tareas realizadas, no realizadas o dejadas en el camino. Y preguntarnos: ¿Qué pudimos hacer y no hicimos durante el año que acaba de transcurrir?

Muchos piensan que el mayor problema de la República Dominicana es la corrupción pública y no es así. La corrupción estatal es una simple consecuencia de la debilidad institucional. La falta de justicia o justicia parcializada, que garantiza impunidad, estimula los actos dolosos desde los organismos públicos.

De ejemplo pongo a la justicia, pero son todas las instituciones o poderes públicos que incumplen con sus atribuciones, porque hay un problema de aberrante distorsión en el perfil de los miembros que conforman órganos decisorios en el marco del sistema democrático. Si esos órganos no funcionan, sencillamente no hay ninguna democracia.

Los opositores al oficialismo son más o menos la mitad de la población, pero apenas cuentan con algunos diputados, alcaldes y regidores en todo el país. Ahora se entretienen con las elecciones del 2016, pero si no hay una recomposición de los órganos electorales, resulta imposible la celebración de elecciones libres, por lo que el 2015 debería de ser declarado como el año del rescate de las instituciones dominicanas.

 

El Nacional

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