Opinión

Moderación

Moderación

Los 39 mil brigadistas que emprenden la gran cruzada de prevención de accidentes durante Nochebuena y Navidad, carecen de poder divino para impedir que la temeridad o insensatez causen desgracia, por lo que la población está compelida a ceñirse a un comportamiento de civilidad, tolerancia y de respeto a la ley.

La gente debería saber que no será posible agotar todo el alcohol disponible en las bodegas nacionales, por lo que se aconseja moderación al ingerir bebidas alcohólicas, en el entendido también de que todo el mundo sabe que manejar y embriagarse son situaciones incompatibles.

Los ciudadanos están en el deber de atender y obedecer todas las recomendaciones emanadas del Centro de Operaciones de Emergencias (COE), única manera de reducir drásticamente la ocurrencia de accidentes o sucesos que causan muertos y heridos.

La mejor forma de disfrutar del asueto de Nochebuena y Navidad es asociarse con la moderación y respetar el derecho ajeno, para que los malos espíritus de la desgracia no se asomen a la morada de la familia dominicana.

Orden y desorden

Más de 110 millones de personas se trasladan de una ciudad a otra en Estados Unidos durante las festividades de Navidad, impresionante movilidad de viajeros que también se produce en República Dominicana, aunque infinitamente menor, con mayores riesgos de accidentes de tránsito.

Las autopistas troncales y secundarias de la Unión Americana están dotadas de luces y señales, además de eficiente patrullaje a cargo de varias agencias federales, por lo que los conductores están compelidos a respetar la ley o atenerse a las consecuencias.

La mayoría de las carreteras dominicanas carecen de alumbrado y señalización, pero se permite el tránsito de vehículos livianos y pesados desprovistos de luces, cuyos conductores violan los límites de velocidad o manejan de forma temeraria, por lo que se convierten en motivos de graves y frecuentes accidentes.

La comparación entre la enorme movilización de viajeros que se registra para esta época en Estados Unidos, con los miles de pasajeros que se trasladan de un lugar a otro en el territorio nacional, procura sólo comparar una sociedad donde impera ley y orden frente a otra en la que prevalece el desorden.

Lo que se reclama es que las autoridades impongan la ley en todas las carreteras, única manera de proteger vida e integridad física de miles y miles de personas que viajan por esos lienzos viales convertidos hoy en los mayores escenarios de muerte en República Dominicana.

El Nacional

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