Articulistas

Muertes sin funerales

Muertes sin funerales

Rafael Grullón

Rafael Grullon
pulsodelasemana@yahoo.com

Cuando alguien plasmó la interrogante ¿Hay vida después de la muerte?, el hombre no ha hecho otra cosa, por siempre, que repetirse la misma pregunta, pero no ha podido más que lidiar con la muerte.
“No puede ser cierto que me deje solo otra vez, no me creo que se haya ido para siempre, no voy a poder lidiar solo con todo”, ha llorado el hombre tradicionalmente al pie del ataúd ante la muerte de ser querido.
Con el coronavirus ha ocurrido algo inesperado, al dolor de la muerte se le ha agregado otro. El no poder hacerle los funerales y llorar el muerto, como está ocurriendo en el Perú, donde se ha habilitado un espacio virtual para los pésames.
Se cuenta que en la historia de la evolución del hombre el concepto de la muerte es uno de los más recientes, ya que la vida sobre la tierra del todo el que nacía era tan corta que prácticamente nadie sobrevivía a nadie para cortarla.
En aquellos tiempos lejanos no había conciencia de que los ancianos morían, ya que cuando le ocurría a uno, todos sus contemporáneos ya habían muerto.
Cuando el hombre comenzó a experimental la muerte al prolongarse en el tiempo su vida sobre la tierra, los fallecidos eran sepultados en fosas comunes. Al surgir los hombres importantes, los que administraban los excedentes y crearon el Estado, entonces comenzó en la historia el entierro individual y los funerales.
Todavía hoy, en esta sociedad Post Moderna como diría el doctor Héctor Guerrero Heredia, hay reminiscencia de aquel acontecimiento de los hombres importantes, expresada en el hecho de que en esta mortandad que ha generado la pandemia del coronavirus, unos muertos, por su importancia, son noticias, y las mayorías no.
Pero no hubo conformidad en aquellos tiempos lejanos con enterrar de forma individual a los muertos importantes, sino que los sobrevivientes, inconforme con el hecho, se preguntaron ¿Si es el cuerpo que ha muerto, a dónde irá el espíritu?
Se imaginaron entonces que habría otra vida. De ahí que no solamente surgieron los mausoleos, sino que los faraones eran enterrados con sus pertenencias, entre las cuales estaban sus sirvientes, sacrificados y sepultados juntos para que les sirvieran también en la otra vida.
Si bien es cierto que si no existiera la muerte el hombre no se hubiese desarrollado porque todo lo había dejado para después, no podemos acostumbrarnos a estas muertes masivas y sin funerales.

El Nacional

La Voz de Todos