No hay dudas de que los cárteles sudamericanos consolidan a República Dominicana como un megapuerto de trasbordo de drogas hacia Estados Unidos y Europa, como lo muestran estadísticas que refieren que durante el periodo 2020 a 2023, la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD) incautó 87 toneladas de cocaína y otras 17 toneladas en decomisos internacionales.
El domingo las autoridades incautaron más de una tonelada (1,109 kilos) de coca en 1,032 paquetes que transportaban dos colombianos a bordo de una lancha rápida interceptada cerca de la costa de Bayahíbe.
2024 se perfila ya como otro año muy activo en el decomiso de drogas en puertos, aeropuertos y en las costas sur y este de la república, lo que indica que los cárteles no se amilanan ante la determinación de las autoridades dominicanas de ubicar cargamentos e incautarlos.
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Ministerio Público y DNCD, con el concurso de las agencias de inteligencia militares y estatales desmantelaron una red de respaldo al narcotráfico que operaba en la región sur, especialmente en Peravia y Azua, que tenía a su cargo reembarcar los lotes de cocaína introducidos por la costa sur.
No debería olvidarse que organismos internacionales de control y persecución del narcotráfico estiman que por cada cargamento decomisado más de uno llegaría a su destino, por lo que valdría la pena averiguar por qué aquí llega tanta droga, a pesar de que se han decomisado en tres años más de cien toneladas.