La Junta Central Electoral (JCE) ha reclamado a los partidos políticos y aspirantes cesar en lo inmediato las actividades proselitistas, al advertir que en caso de proseguir se establecerán penalidades que incluyen multas e inadmisibilidad de esas candidaturas.

El pleno de la JCE advirtió que aplicará el artículo 280 de la Ley Electoral que establece una sanción administrativa de 200 salarios mínimos a aquellos que organizan mítines o reuniones públicas antes del inicio formal de las actividades proselitistas.

Si logra hacer cumplir lo estipulado en la ley, la JCE detendría una campaña electoral que hace tiempo empezó y que se ha intensificado con el paso de los días, a pesar de que las primarias o elecciones internas de los partidos están supuestas a realizarse en octubre de 2023.

República Dominicana aún no supera la situación de crisis económica y sanitaria derivada de una pandemia que convulsiona al mundo, por lo que resulta inadmisible la intención de partidos y candidatos de involucrar a la población en una tempranera campaña electoral que no conduce a ninguna parte.

El liderazgo partidario debería centrarse en procurar por vía del debate público la solución a dificultades que atascan a la nación, como sería el déficit fiscal, endeudamiento, inflación o desempleo, en vez de levantar carpas para indeseados circos proselitistas.

El presidente Luis Abinader ha dicho que sería dentro de un año y medio cuando decidiría si opta por otra postulación, pero la advertencia de la JCE va también dirigida al partido oficialista, que debe ser impedido de promover candidaturas aun sea de forma indirecta.

La Ley Electoral faculta a organizaciones políticas a realizar labores relacionadas con sus quehaceres ordinarios como atraer nuevos miembros, promover programas, reuniones o encuentros organizativos, educativos o de cualquier otra naturaleza que no se vinculen con propaganda proselitista.

Al aflorar destellos de promoción de candidaturas, el órgano electoral ha advertido que aún no se toca clarinada para el inicio de la competencia proselitista, por lo que partidos y candidatos deberían detener la loca carrera hacia las elecciones de 2024. No se vale madrugar.