El acuerdo alcanzado ayer entre el Ministerio de Educación (Minerd) y la Asociación Dominicana de Profesores (ADP) representa una gran nota de alivio porque su cumplimiento garantiza que el próximo año escolar se desarrollará sin contratiempos y con debida entrega de los maestros a la docencia.
El convenio, firmado en el Palacio Nacional en presencia del presidente Luis Abinader, por el ministro Ángel Hernández y el titular del gremio magisterial, Eduardo Hidalgo, establece el compromiso gremial de evitar toda acción que atente contra un ambiente escolar favorable al proceso de aprendizaje de los alumnos.
El Gobierno se compromete a disponer aumento del salario de los maestros jubilados o pensionados, en las diversas escalas hasta los 50 mil pesos, aplicables desde el mes de junio de este año y, a partir de 2024, a los que perciban 50 mil pesos mensuales o más, según disponibilidad presupuestal.
Las autoridades se obligan también a construir dos hospitales, uno en el este y otro en la región sur, administrados por el Servicio Nacional de Salud, que brindarán servicios con prioridad para los maestros, quienes serán incluidos en el programa de medicamentos de alto costo.
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La ADP también logró la promesa oficial de desarrollar cinco centros recreativos magisteriales que serían reconocidos como Casa del Maestro, con el único compromiso de que los profesores de escuelas públicas no perturben el calendario escolar.
La comunidad educativa nacional tiene razones para aplaudir el acuerdo Educación-ADP 2023, que en los papeles solo tendría duración de un año, aunque los ruegos serían para que nunca más los maestros abandonen las aulas.
Los últimos tres años lectivos han sido frustrantes a causa de la pandemia de la covid-19, pero también por negligencia de autoridades educativas y el frecuente ausentismo profesoral cuando se retornó a la docencia presencial en las escuelas públicas.
No se sabe si en adición al aumento salarial, construcción de hospitales y centros de recreación, se incluyó en ese convenio el compromiso de concluir la construcción de decenas de edificaciones escolares, ampliar la Policía Escolar, mejorar el pensum y el desayuno escolar, aunque la promesa de no interrumpir la docencia es un buen comienzo.
