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Obras de envergadura

Obras de envergadura

Manuel Fermín

Conviene repasar la secuencia de obras inauguradas por el Gobierno para tener una idea clara del objetivo posible y único llevado a cabo: el enriquecimiento del ornato para seducir a los amantes de la novedad. Una buena aportación de iniciativas necesarias, aunque no prioritarias (Cristo Park, Gurabo Park, “Paris con Duarte”, Domingo Sabio, Malecón…limpieza y saneamiento de lugares posiblemente carentes de alcantarillado pluvial y sanitario, en fin, cosmética).Un abono espectacular para el populismo.

Es el mismo comportamiento -la historia PRD-PRM de los últimos 35 años, es elocuente-, es decir, deuda externa, liderazgos vacíos, falta de constructores de Estado, dádivas y rencores.

Esta ha sido la espiral histórica de ese conglomerado político. José Café me escribe desde Barcelona, España: “el PRD-PRM y sucedáneos, menos el PLD, son de políticas pequeñas”. Al PLD no le quedó de otra que reivindicar a Balaguer cuyos argumentos de probada eficacia a lo largo de la historia contemporánea, quedan evidenciados.

En sí el PLD dibujó una reedición del balaguerismo como para generar capacidad de iniciativa, incluso de iniciativas nuevas, más allá del deseo de durar que se le suponía. Claro las obras de envergadura de Balaguer fueron levantadas con el ahorro interno, y no con la necesidad de crear espacios para la contemplación y ganancias políticas para hacérnosla mirar, sino aplicables a crear riquezas y bienestar social y económico.

Este gobierno se ha servido de la continuidad del Estado para prepararse un patrimonio como alternativa en un partido harto escaso de promover infraestructuras de amplitud, y lo que se exhibe, todo ello gracias a un abultado, peligroso e irresponsable endeudamiento que, a efectos prácticos más cercanos, dejan el Estado dominicano en crisis de deuda permanente.