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Ojo en las escuelas

Ojo en las escuelas

Alberto Quezada

Hay un pensamiento filosófico, cuya autoría no recuerdo en este momento, que desde que llegó a mis manos se galvanizó en mi cerebro como mancha de acero. Su significado alecciona, inquieta y perturba. Pero es interesante. Cito: ¨Veo con asombro dónde los demás ven con normalidad¨.

Esta frase la hice mía por considerarla una reflexión cargada de profundidad y curiosidad, pero sobre todo, por el irrenunciable deseo que transmite por descubrir todo aquello que se esconde más allá de lo superficial, superfluo y frívolo, en la cotidianidad social e individual de los colectivos humanos.

Era abril y un grupo de muchachos y muchachas en edad de pubertad, salían de su acostumbrada jornada escolar del día de una escuela básica ubicada en el ensanche La Fe, del Distrito Nacional. Todo parecía normal.

Eran las 4:05 de la tarde y el sol no ardía como de costumbre, mientras yo observaba a un grupo de mozalbetes de apenas 10 a 14 años que a sólo unos pasos de la puerta de salida del citado centro educativo sacaban del interior de uno de sus bolsillos del pantalón un dispositivo electrónico llamado vape.

No es ficción, es realidad, lo observé y confirmé todo. Los estudiantes están llevando a las aulas de las escuelas este dañino dispositivo electrónico. Me quede pasmado, aparqué y apagué el vehículo, mientras mis ojos querían salirse de las pupilas al vivir semejante escena de ver a esos estudiantes consumir ese veneno delante de todo el mundo como algo normal.

¿Pero qué es un Vape y para qué sirve? Veamos. Vape no es más que el cigarrillo electrónico inhalador diseñado en su origen para simular el consumo de tabaco sin quemarlo directamente, diferenciándose del cigarrillo tradicional. Su uso es perjudicial para la salud por contener nicotina y otras sustancias adictivas que pueden causar enfermedades pulmonares, cardiacas y cáncer.

Pero mi espanto fue mayor al observar la indiferencia pasmosa de profesores, personal de seguridad del plantel y transeúntes que cotidianamente se mueven en centro escolar y la referida demarcación capitaleña.

Hago esta denuncia sólo con la intención de alertar a las autoridades educativas dominicanas, no más, porque no quisiera pensar que esto se esté reproduciendo en la mayoría de los centros educativos del país, Más nada.

Por: Alberto Quezada
quezada.alberto218@gmail.com