Algunos de los diferentes partidos de la oposición y sus candidatos se encuentran cercados. Estos no han podido o no han sabido empatizar con la población, o por el contrario han sido pobre, muy pobre en la instauración de un discurso que pueda derribar al Partido Revolucionario Moderno (PRM) y/ o su candidato presidencial Luis Abinader, y así tratar de bajarlo del envidiable sitial político en el que se encuentra.

Se observa cierta desconexión en algunos de los candidatos tanto a la presidencia de la república, como al Congreso. Estos no han interpretado que muchas de sus estrategias han sido fallidas.

Por otro lado, está en muchos de los candidatos y /o algunos de sus principales dirigentes, el amargo color de unos sentimientos de odio y de rivalidad, los cuales y aunque han tratado de «guardar» ciertas compostura, la sabiduría popular no ha sido tonta y le ha dado el real significado a ciertas actuaciones. Estas, por más que se han tratado de ocultar han salido a flote, dejando en el imaginario el mensaje de la escasa inteligencia política-emocional que tienen algunos de estos.

Otros factores que nos hacen ver ese cerco, es la gigantesca ola política que sustenta al Presidente Abinader, quien conocedor de su amplio liderazgo, ha salido (con legítimo derecho), al ruedo de los diversos escenarios para inyectarle a sus candidatos los necesarios vitamínicos para que también estos salgan por las anchas puertas de la victoria. Vistos estos elementos de manera un tanto objetiva y tomando como punto de referencia los resultados de la gran mayoría de las encuestas del país.