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Orto-escritura: Nombres de los dientes

Orto-escritura: Nombres de los dientes

RAFAEL PERALTA ROMERO
rafaelperaltar@gmail.com

Los nombres de los dientes recuerdan la naturaleza animal de los seres humanos. Nos diferenciamos de los otros en que podemos hablar y pensar, además de estar dotados de sentimientos. En muchas acciones nos parecemos a los animales irracionales, sobre todo en las funciones biológicas y ciertas necesidades. El comer, por ejemplo, es una necesidad animal que los humanos podemos convertir en un acto social.

Por la condición original del acto de comer, nuestros dientes cumplen funciones específicas que han permitido a los especialistas del área agruparlos y nombrarlos en consonancia con esas funciones y las características que presentan las piezas dentales. Los nombres y roles remiten a nuestra condición animal.

Los nombres son: incisivos, caninos y molares más los premolares. Los incisivos, cuatro en el conjunto superior y cuatro en el inferior, tienen la función de cortar. Son como pequeñas hachas. “Frontera de los besos serán mañana, cuando en la dentadura sientas un arma”, escribió a su hijo el poeta Miguel Hernández cuando el bebé tenía cinco dientes “como cinco jazmines adolescentes”.

El adjetivo /incisivo/, de acuerdo al Diccionario de nuestra lengua, significa “Apto para abrir o cortar. Punzante, mordaz”. Con los dientes incisivos cortamos un trozo de alimento (una salchicha, por ejemplo) mientras sostenemos una parte que no llevaremos a la boca de inmediato. Comer un guineo maduro precisa de los incisivos, pero no así masticar majarete o un helado, nueces o coditos.

En los caninos, ahí sí que hay rastros de animalidad. Ese adjetivo deriva de can, que es sinónimo de perro. Muchos son los que llaman “colmillos” a estos cuatro dientes agudos, terminados en punta, y no es por casualidad. El Diccionario académico define el vocablo /canino/ del siguiente modo: “1. Adj. Perteneciente o relativo al can. Raza canina. 2. Propio de un perro. Hambre canina.3. colmillo (diente agudo)”. Una cuarta acepción define a canino como excremento de perro.

El canino es la pieza dental ideal para desgarrar o ripiar algunos alimentos, como la carne, sobre todo si no se dispone de cuchillo para cortarla. Quien pela una caña con la boca necesita el auxilio de los dientes caninos, y por igual quien destapa una gaseosa a puro diente, ha de recurrir a esas piezas. Con los caninos, entonces, no solo se rasga, sino que se logran otros actos animales.

Desgarrar es sinónimo de rasgar, una de cuyas acepciones indica que consiste en producir una incisión con un instrumento cortante. Despedazarlos es lo que hacen tigres y leones con mansos animalitos que se atraviesan en su camino. Lo mismo nosotros, pero con diferencias de formas.

Es bueno ver lo que dice el DLE sobre el sustantivo /can/: perro. Esta voz deriva del latín “canis”, que es como en la lengua madre del español se denomina a ese animal. En nuestra lengua, el adjetivo por excelencia relacionado con perro (aunque exista perruno) es canino: hambre canina, raza canina, unidad canina, alimento canino.

Los molares, que junto a los premolares pasan de veinte, tienen como función triturar los alimentos. Los llamamos comúnmente muelas, para más vincularlos al acto de moler. Muelas son para moler. Podríamos comer, sin los incisivos ni caninos, almendras, mangú, arroz, pero muy difícil si carecemos de los dientes trituradores, es decir los molares. El verbo triturar se define así: Moler o desmenuzar una materia sólida, sin reducirla enteramente a polvo. Eso hacemos con las muelas.

¿Es cierto que por sus nombres y funciones los dientes recuerdan nuestra naturaleza animal?

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