El Barbecue (Jimmy Cherisier) que compareció ante la prensa para condicionar su disposición de abandonar las armas es muy diferente al desafiante líder pandillero que ha sembrado el terror y la violencia en Haití.
Con chaqueta roja, gafas y bien acicalado Barbecue leyó un comunicado en que exponía su intención de dejar la lucha armada si las autoridades aceptaban su propuesta de dialogar.
Ya en una ocasión el primer ministro Garry Conille había planteado que el primer paso para ese diálogo era deponer las armas y reconocer la legitimidad de las autoridades.
Puedes leer: ¿Miedo a leyes?
Insatisfecho con la respuesta Barbecue amenazó entonces con un baño de sangre en Haití y su determinación de combatir a las tropas extranjeras desplegadas en la nación para ayudar a restablecer el orden y la seguridad.
Parece que ante el acoso de la Policía haitiana y los soldados extranjeros a su bastión en Delmas, Puerto Príncipe, el líder pandillero ha comenzado a explorar la manera de rendirse.
Es posible que con el diálogo que propone no persiga más que impunidad para él y los pandilleros que han inundado la nación de cadáveres. Si no está acorralado, es lo que parece.