Opinión Articulistas

Padres en la educación

Padres en la educación

José Antonio Torres

A propósito del inicio ayer de un nuevo año escolar en el país; uno de los más ruidoso de los últimos tiempos debido a críticas por doquier, en ocasiones protagonizadas por personas que desconocer los quehaceres educativos, por lo que no pueden aportar ni un ápice de idea sobre la problemática.

La ocasión es propicia para referirnos al papel de la familia en la educación de los niños. Desde la infancia, los padres se convierten en la primera figura modelo que los hijos ven y siguen.

Los hijos aprenden observando cómo sus padres interactúan y se comunican con el mundo, Además, aprenden de ellos a manejar los desafíos en diferentes escenarios.

Dado que los niños suelen aprender en el hogar a partir de la imitación, es crucial que la familia inculque valores y comportamientos positivos para sus hijos.

Sin embargo, la etapa más importante y donde se requiere una mayor colaboración de los padres, es en la educación escolar, porque esta generará diferentes emociones en los niños, ya sea por los estudios, los exámenes o las relaciones interpersonales con compañeros y profesores.

Por esta razón, los padres tienen que ser un apoyo que proteja su bienestar emocional de manera saludable. Para lograrlo, deben escuchar las preocupaciones y pensamientos de sus hijos siempre que lo necesiten. Además, ofrecer consuelo y aliento, así como ayudarles a manejar el estrés y por supuesto vigilar y colaborar con las tareas escolares.

Cuando el consuelo y aliento no son suficientes, es necesario que los padres busquen alguna ayuda profesional que pueda orientar a sus hijos en el manejo de sus emociones o de ciertas situaciones.
Llegado el niño de la escuela, los padres se convierten en el apoyo principal de los profesores para que puedan realizar sus tareas y estudiar las lecciones pendientes.

Para ello, deben fomentar un ambiente de aprendizaje que aliente la curiosidad y en el que haya acceso a los recursos educativos.

Cuando los padres participan en la educación de sus hijos, se reduce el ausentismo, aumenta el rendimiento y la responsabilidad en la entrega de tareas, y mejora el comportamiento en las escuelas.