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Panorama incierto: Violencia Haití

Panorama incierto: Violencia Haití

Barbecue y pandilleros.

Cuesta aceptar que la comunidad internacional crea que la instalación de un consejo de transición garantiza la seguridad y la gobernabilidad en una nación desgarrada por la violencia como Haití.

El curso de la crisis ha evidenciado con toda claridad la necesidad de tomar en cuenta, por más amargo que resulte, al pandillero Jimmy Chèrizier (Barbecue) para frenar la violencia y facilitar cualquier tipo de transición.

Con los ataques perpetrados al Palacio Presidencial, la toma de hospitales y otros centros públicos y la reducción al mínimo del comercio, ha quedado más que demostrada la fuerza con que cuentan los bandoleros liderados por Barbecue en la convulsa nación.

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El terror impuesto en las calles, que son la mejor expresión del caos y la ingobernabilidad, lo presentan como la figura más determinante en medio del vacío de poder que reina en Haití.

Por más cuesta arriba que resulte el Consejo Presidencial de Transición tiene que buscar la manera de que Barbecue deponga las armas y los actos de violencia y, si lo considera, proporcionarle una brecha para intervenir en la lucha política.

Como pinta el panorama el consejo aupado por Estados Unidos y la comunidad caribeña carece de poder y liderazgo para restablecer la paz y la seguridad de no contar con el respaldo de tropas extranjeras.

Por ahora el poder en Haití lo tiene Barbecue, que es con quien se tiene que hablar para garantizar la gobernabilidad. El renunciante primer ministro Ariel Henry solo era parte de la crisis.

El Nacional

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