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Penélope y política

Penélope y  política

José Antonio Torres

Aunque las mitologías griega y romana tratan de manera diferente la figura de Penélope, hija del rey Ícaro de Esparta y de la ninfa Periboa. Fue la esposa de Odiseo, rey de Ítaca y el más sabio de todos los héroes griegos de la Guerra de Troya.
Todo esto a partir de las narraciones de la obra de Homero. Recuerden también que en la Guerra de Troya murió Aquiles, a quien se le creía inmortal, pero que una flecha disparada por Paris le alcanzó en el único punto débil de su cuerpo.

Del matrimonio de Penélope y Odiseo nació un hijo llamado Telémaco, quien quedó bajo su cuido cuando el padre partió a otro rumbo producto de las constantes guerras. Durante los 20 años de ausencia de su marido, a causa de la guerra y del largo camino de regreso a casa, Penélope demostró ser una esposa fiel y tan imaginativa como Odiseo, manteniendo a su marido en la memoria y resistiendo presión de los nobles que pretendían casarse con ella.

Consiguió engañar durante todos esos largos años a todos sus pretendientes, que disponían sin estorbo de las viandas de su palacio. Les mantuvo entretenidos, haciéndoles creer que se casaría con uno de ellos cuando terminase de tejer el sudario de su suegro Laertes.

Pasaba los días haciendo ver cómo tejía sin descanso y las noches destejiendo, demostrando que su inteligencia solamente podía compararse a la de su marido, que finalmente llegó a Ítaca para vengarse y matar a todos los pretendientes.

Hasta que Odiseo no le reveló que conocía el secreto de una de las patas de la cama que él mismo había hecho con una rama de olivo plantado cerca de su palacio, Penélope no se convenció de que era su marido el que había regresado. Después de su reunión, Penélope y Odiseo vivieron felices durante muchos años.

Ser una persona leal es sin duda una de las cualidades más respetables de un ser humano, sin importar el escenario del que se trate. En nuestra cristiana selva (perdón, RD) todavía nuestros políticos no han podido entender la fuerza del valor de la lealtades, y por eso el transfuguismo sigue dando buenos resultados personales, aunque se joda la ética.