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Piden retirar premio de Novela a nieta Trujillo

Piden retirar premio de Novela a nieta Trujillo

El Nacional
 Compleja, amarga, delicada y lamentable la situación creada por el veredicto que otorga el Premio Nacional de Novela  2009.

Desde el anuncio el pasado miércoles 27 en la tarde en la Sala de Arte Ramón Oviedo, hasta el momento, se ha desarrollado un conjunto de eventos sucedáneos que incluyen la petición (no hecha pública) de desautorizar ese premio y rechazar el veredicto de los jurados que lo emitieron, medida que podría ser un grave error y la réplica de un precedente de censura nefasto, como ya ocurriera cuando se le concedió el Premio de Novela a Viriato Sención, quien en 1992 fue declarado ganador del Premio Nacional de Novela, por su título “Los que falsificaron la firma de Dios”.

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Resulta un trago demasiado amargo a cualquier garganta sensible el veredicto del Premio Nacional de Novela 2009 coincidiendo con los 48 años en que se hizo justicia a la cabeza del tirano. Se pide, en círculos antitrujillistas, desautorizar el veredicto.

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Entonces el Premio lo otorgaba la Secretaría de Educación  y que recibió el rechazo del entonces presidente Joaquín Balaguer, por las críticas ácidas contra su familia. El premio le fue negado, estableciendo un precedente nada saludable para la literatura y la democracia.

La autora de la novela premiada, en declaraciones que formuló para El Nacional por vía telefónica desde Madrid, declaró que “ni se lo creía” y destacó que familiarmente, su abuelo, Rafael Leonidas Trujillo, era un hombre muy tierno. Esas expresiones cayeron muy mal en los círculos que se dice fueron víctimas directas de la represión sangrienta de la tiranía.

 La postura de Lantigua

 El secretario de Cultura ha tenido una actitud crítica frente al veredicto que él mismo anuncio el pasado miércoles 27 pasado.

A su despacho llegaron desde el jueves temprano las quejas verbales (por vía telefónica o personal)  y por medio de  correos electrónicos, particularmente de parte de dirigentes de la “Federación de Fundaciones Patrióticas” y el “Museo de la Resistencia Dominicana”, un proyecto en el cual el secretario de Cultura es auspiciador.

Las dirigencias de las Federaciones acordaron el jueves por la tarde emitir un comunicado de protesta y encargaron a tres de sus dirigentes la redacción del texto para su difusión en los medios y su presentación a Lantigua.

El comunicado se dio a conocer ayer viernes y de inmediato Lantigua correspondió con un documento que publica hoy en espacio pagado en algunos diarios, en el cual señala:

“La Secretaría  de Estado de Cultura no puede hacer acopio de fórmulas propias de este deleznable período histórico para impedir la concesión del premio aludido sin caer en la intolerancia que dominó la esfera nacional durante la dictadura, y sin violentar principios personales que nunca dejaremos de suscribir, pero desea expresar su pesar por la decisión de otorgar ese premio que los jurados citados han hecho de forma absolutamente libre y sin interferencias de esta institución”

 ¿Quiénes fueron los jurados?

 Las críticas se centran ahora en los tres jurados que firman el veredicto. Los tres son reconocidos intelectuales cultivadores de la novela: Manlio Argueta, un poeta y novelista salvadoreño, perteneció a la autodenominada Generación comprometida, grupo literario creado por Italo López Vallecillos junto a la figura literaria de ese país más comprometida socialmente  Roque Dalton.

Es autor de Un día en la vida y, publicada al inglés por Vintage Book de Random House, 1983, Nueva York, y por Chatto & Windus, de Londres, novela con la cual  logró reconocimiento internacional. Posteriormente ambas novelas fueron publicadas en idioma alemán.

Otro es Jorge Luis Volpi Escalante, una de las máximas figuras de la novela mexicana. Era el eje del jurado por su peso específico. Pertenece a la llamada Generación del crack. Con su novela En busca de Klingsor (Seix Barral, 1999) inició una llamada Trilogía del siglo XX y obtuvo los premios Biblioteca Breve, Deux Océans-Grinzane Cavour, y el de mejor traducción del Instituto Cervantes de Roma en 2002. Esta obra supuso su consagración internacional al ser publicada en veinticinco idiomas. Completó la trilogía con las novelas El fin de la locura (Seix Barral, 2003) y No será la tierra (Alfaguara, 2006), recientemente traducida al francés, alemán, griego e inglés.

Y Roberto Marcallé Abreu, novelista de mucho  reconocimiento local y autor de Las dos muertes de José Inirio (1972), El minúsculo infierno del Señor Lukas (1973), Sábado de sol después de las lluvias (1978), Cinco bailadores sobre la tumba caliente del Licenciado (1978), Espera de penumbras en el viejo bar (1980), Esas oscuras presencias de todos los días (1998) y  Las siempre insólitas cartas del destino (1999).

Fundaciones:  “Un veredicto lamentable “

La “Federación de Fundaciones Patrióticas” emitió un comunicado que rechaza el Premio Nacional de Novela ante lo que consideran una “ingrata sorpresa” proveniente de un certamen organizado por una institución oficial, la Secretaría de Cultura.

El comunicado dice:

“Casi coincidiendo con el momento en que el pueblo dominicano conmemora el 48 aniversario del tiranicidio que liberó al país de la dictadura más brutal que ha padecido en toda su historia, la prensa nacional nos informó del otorgamiento del Premio Nacional de Novela 2008, a la obra A la sombra de mi abuelo (Editorial Norma, Santo Domingo, 2008, 331 pp.), de la autoría de Aída Trujillo, nieta del dictador Rafael Leonidas Trujillo e hija de Ramfis, el hijo más sanguinario de aquel funesto personaje.

“Que un libro de esas características sea publicado en la República Dominicana sin ninguna objeción es una muestra de que en el país hay plena libertad de expresión. Que este libro haya sido aceptado entre los que participan en un certamen literario organizado por una institución oficial (la Secretaría de Estado de Cultura) es una evidencia de que no hay censura contra las ideas. Sin embargo, ha sido para todos los firmantes del presente documento una ingrata sorpresa conocer el otorgamiento del aludido galardón a una obra que, al examinarla, primero, permite asegurar que no reúne las condiciones necesarias para ser considerada como novela y más aún, carente de atributos literarios y artísticos para recibir tan elevado reconocimiento.

“A las anteriores observaciones es oportuno agregar que el texto envuelve una visión dirigida a presentarnos al dictador como un enviado celestial lleno de ternura, en definitiva un hombre bueno, respetuoso, disciplinado y sabio, descripción que contrasta con la terrible realidad vivida por nuestro pueblo durante su gobierno, que dejó en nuestro país miles de víctimas de persecuciones, torturas, desapariciones y asesinatos.

“Apegados a la plena vigencia de la libertad de pensamiento, respetamos la opinión de los miembros del jurado, dos extranjeros y un nacional, que asumieron tan lamentable y mal ponderada decisión. Pero, advertimos que esa premiación constituye un hecho bochornoso que hiere profundamente la conciencia histórica del pueblo dominicano, además contradice principios éticos y morales elementales”.

El Nacional

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