El 15 de junio pasado, se conmemoró el Día Mundial de Toma de Conciencia del Abuso y Maltrato a la Vejez, recordado desde junio de 2006, para dar a conocer un problema que ya existe, tratar de prevenirlo y crear conciencia social sobre la situación de riesgo en que están las personas adultas mayores, en nuestra sociedad.

De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud, se prevé un aumento sustancial de la población adulta mayor para 2030, especialmente en los países en vía de desarrollo, como el nuestro. En el mundo la proporción de personas mayores de 60 años se duplicará de 11% a 22%, pasando de 605 millones, a 2,000 millones en el transcurso de medio siglo.

La OMS, para 2018, decía lo siguiente:

• Aproximadamente 1 de cada 6 personas mayores de 60 años sufren algún tipo de abuso en entornos comunitarios.

• Las tasas de maltrato a personas mayores son altas en instituciones como residencias de ancianos y centros de atención de larga duración: dos de cada tres trabajadores de estas instituciones indican haber infligido malos tratos.

• El maltrato de las personas mayores puede conllevar graves lesiones físicas y consecuencias psicológicas prolongadas.

• Se prevé un aumento del problema por el envejecimiento de la población en muchos países.
Y definía el maltrato de las personas mayores, como “un acto único o repetido que causa daño o sufrimiento a una persona de edad, o la falta de medidas apropiadas para evitarlo, que se produce en una relación basada en la confianza.

Este tipo de violencia constituye una violación de los derechos humanos e incluye el maltrato físico, sexual, psicológico o emocional; la violencia por razones económicas o materiales; el abandono; la negligencia; y el menoscabo grave de dignidad y la falta de respeto”.

Hasta ahora, el tema sobre el maltrato y abuso a las personas en envejecimiento mayor, no era tratado, sin embargo y probablemente por el aumento de la expectativa de vida de esta población, se está haciendo más visible, llegando a ser considerado como un grave problema, cuando se aborda, pero sigue siendo uno de los menos investigado, pese a que afecta a la salud y los derechos de millones de personas y de que es un asunto social.

Y no solo hay que pensar en el maltrato institucional, también en el entorno familiar, sea por hacer o por no, hay mucha violencia generalmente no denunciada, ya que las personas mayores difícilmente denuncian los maltratos ni el abandono.

¡Al terminar junio, pensemos si nuestros abuelos y abuelas no viven maltrato!