FMI: ¿más austeridad?
El accionar del Fondo Monetario Internacional (FMI) siempre ha estado asociado a la exigencia de condicionalidad crediticia a la hora de facilitar préstamos a los países miembros que se encuentran en apuros financieros para enfrentar los desajustes en sus cuentas nacionales.
Desde el momento de su creación en la histórica Conferencia de Bretton Woods, New Hampshire, Estados Unidos, el FMI formó parte del conjunto de instituciones que pasaron a integrar el nuevo orden económico internacional estructurado tras el fin de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945).
Junto al FMI emergieron de la histórica Conferencia de Bretton Woods el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF), conocido en la actualidad como Banco Mundial (BM) y el Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT, por sus siglas en inglés), cuyo heredero institucional es la Organización Mundial del Comercio (OMC).
El FMI se ocupaba de ofrecer apoyo financiero compensatorio a los Estados que registraban desajustes en sus balanzas de pagos apoyándose en la vigencia de un dólar que devino en la divisa por excelencia de la economía mundial y un sistema de paridad fija donde su valor se encontraba indisolublemente vinculado con el precio de oro.
Desde el 1944 hasta entrado ya el 1970 el sistema monetario-financiero surgido de la postguerra mostraba estabilidad institucional a través del funcionamiento de las organizaciones surgidas de los acuerdos de Bretton Woods.
Los astronómicos gastos militares en los que incurrió EE.UU. para cubrir las partidas presupuestales de la guerra Vietnam se expresaron mediante emisiones de dinero falsificado por el Estado sin respaldo en una producción material creada por el trabajo de la sociedad. Se trataba de dinero inorgánico, sin mayor valor que el costo del papel y la tinta empleada para imprimir los billetes de banco.
Según lo establecido en los acuerdos de Bretton Woods cada 35 dólares emitidos por EE.UU. tenían que estar respaldados por 1 onza de oro. Ese tipo de cambio fijo fue que primó en la relación dólar-oro desde 1944 hasta 1971.
Pero el domingo 15 de agosto de 1971 el entonces presidente Richard Nixon anunció al mundo que Estados Unidos desligaba al dólar de su respaldo en oro. Con la puesta en práctica de la no convertibilidad del dólar en oro las funciones originarias del FMI quedaron suprimidas, pasando a desempeñar el papel de “órgano de vigilancia” al servicio de los intereses de los acreedores privados internacionales.
El economista británico Mark Blyth sostiene en su libro “Austeridad. Historia de una idea peligrosa” (2013) que desde el 1971 el FMI pasó a convertirse “en una especie de fuerza policial de carácter financiero” mediante la aplicación de los llamados programas de ajuste estructural.
Y hoy, en pleno año 2016, observamos a un FMI que no logra superar su condición de representante institucional de los acreedores internacionales, aferrándose hasta más no poder a la aplicación de programas de ajustes que apuestan a una rígida austeridad fiscal. Pero contra esos enfoques se levantar voces críticas al interior del organismo crediticio multilateral. Increíble, pero cierto…