Después de un año y cinco meses, el gobierno de Luis Abinader ha dejado claro que no tiene interés en castigar, como prometió, a los corruptos y narcopolíticos de las pasadas administraciones de Leonel y Danilo, ni los de su propia administración.

Tampoco ha demostrado la intención de reducir la deuda externa, como prometió en los medios televisivos cuando, tratando de conseguir tu voto, te explicaba lo peligroso que era continuar con ese ritmo de endeudamiento.

Prometió tranquilidad social, pero ha aumentado la delincuencia civil y la policial. También ha aumentado la represión por parte del “orden público”.

¿Conoces tú a alguien que puede salir de su casa sin tener que prepararse para él “por si acaso”?

La sociedad vive en zozobra y la promesa de tranquilidad social quedó enterrada a seis pies bajo tierra.

Prometió abundancia de alimentos y a buenos precios pero, después de 17 meses en el gobierno solo él y sus más cercanos “funcionarios” disfrutan de exquisitos manjares y costosas golosinas, mientras que al pueblo y su familia, por los altos precios de los alimentos de primera necesidad, se los está llevando el mismo diablo.

Ha quedado claro, Abinader mintió para conseguir tu valioso voto. Ahora, en el poder, se ha dedicado a promover fotos y videos donde sale, con brochas en mano, pintándote espejitos en el aire mientras se dedica a gobernar solo para la minoría.

Sí, su gobierno es un gobierno de las minorías y él lo sabe. Por eso se arrodilló al gigante del norte y, en forma sumisa, decidió convertirse en su lacayo y, como tal, ha tomado posiciones intervencionistas pues, como privilegiado, no llegó a sufrir las horribles vivencias a la que nos sometieron los norteamericanos con su intervención del 1965.

Cree el “Gobernador” Abinader que, el papel de subordinado de los EUA, especialmente en política exterior, le garantizará una reforma favorable a la constitución y un pase seguro a la reelección.

Pero los números no mienten y él lo sabe. Él sabe que fue “elegido” por sólo 29 de cada cien dominicanos con el derecho al voto. Eso es contando los que votaron por las organizaciones que, jartas del PLD, arriesgaron su futuro aliándose a un “empresario” dominicano.