Las declaraciones del nuevo Director de la Policía Nacional, desconcertaron a la ciudadanía toda de este país, por cierto, tan lastimosamente sorprendido en los últimos meses por los discursos desatinados de quienes sirven al Estado dominicano.

La aflicción es mayor por ser noviembre y conmemorar el día de la Eliminación de la Violencia Contra la Mujer, coincidiendo expresamente con el asesinato de las tres hermanas Mirabal. Inadmisible e intolerable tener que escuchar los desbordes de la ignorancia machista que afectan la democracia del país. Al final, las dominicanas somos una mitad criadoras y sostenedoras del resto y, además, responsables del cumplimiento ciudadano: pagamos impuestos, determinamos con el voto, soportamos la economía y una brecha de género que nos afecta injustamente.

El desatino, además, es de acuerdo a nuestro marco legal nacional e internacional, Violencia de Estado Contra la Mujer. La Convención de Belem do Pará, antecedente y base de nuestra reforma penal de 1997, entiende que la violencia contra la mujer, física, emocional y/o sexual, incluye la que es perpetrada o tolerada por el Estado o sus agentes, donde quiera que ocurra. Esto comprende, el “hacer” y el “no hacer”, por lo tanto, hoy, después de las violentas declaraciones, que sí son violencia, por un agente del Estado, la decisión de mantenerlas, es del Poder Ejecutivo que lo nombró y ahí, sí que sería “por no hacer”.

Afortunadamente, las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, permiten la publicidad en tiempo real y, ninguna persona que ejerza la política, activa o pasivamente, puede ignorarlo. Así, las reacciones fueron inmediatas y no solo de las mujeres: hay indignación.

Las consecuencias graves del enfoque totalmente reduccionista de este funcionario solo remiten a dos posibilidades: o que renuncie o que lo destituyan. No hay posibilidad de arreglar tremendo desacierto porque, también en las redes, hay referencias nefastas que justifican su pobreza de criterio. Hay una joven doctora en Medicina, que en un video circulando por las redes, cuenta la terrible experiencia que tuvo cuando este señor era comandante en San Francisco de Macorís y no fue escuchada por ser madre soltera.

Además, al momento de su nombramiento, también por las redes, un reconocido periodista de Santiago, recordó la denuncia de que el General Then, habría sostenido relaciones sexuales con una menor de 16 años, en su oficina, cuando era comandante en La Vega, una noticia que, establecida la sospecha, debió impedir que asumiera la Dirección de la P.N.

¡No, señor Presidente, no es broma!