Hace exactamente nueve años, noviembre del 2013, publicamos en esta misma columna un artículo sobre los daños que producirá a la salud de los habitantes de las provincias Peravia, Azua y San Cristóbal, la instalación en la comunidad Catalina una planta de generación de electricidad cuyo combustible sería el carbón mineral.
En la ocasión no faltó quien me acusara de formar parte de una campaña en contra de dos plantas que vendrían a resolver el problema de los apagones, pero ahora el tiempo comienza a darme la razón.
Ya hay estudios que recomiendan el cierra de estas plantas, que nunca se debió autorizar su construcción.
Ahora se ha comprobado que los daños que genera Punta Catalina tienen un costo anunal de 7,5 millones de dólares, 1,5 millones más de lo que pronosticamos en aquella ocasión.
Y eso aún falta determinar la cantidad de personas que han contraído enfermedades respiratorias en las provincias cercanas y cuánto de ellos han fallecidos por esa causa.
Aprovechando los altos precios de la energía, la industria del carbón ha iniciado una gran campaña de relaciones públicas para vender la idea de que el carbón es la respuesta a todos nuestros problemas de energía. Los sitios Web y los anuncios presentan al carbón como una tecnología limpia, olvidando por completo los impactos del uso del carbón en el calentamiento global y la salud humana.
Ya se reconoce que el calentamiento global causa impactos como la elevación de los niveles del mar, la extinción de especies, huracanes más violentos, severas sequías y olas de calor más intensas de las que estamos sintiendo actualmente.
Las plantas a carbón forman hollín, lo que puede causar ataques de asma, enfermedades cardiovasculares y otros problemas de salud. Los niños y los ancianos son especialmente vulnerables a los efectos del hollín, que termina convertido en mercurio líquido. Un estudio realizado por Maartje Sevenster ejecutivo de la consultora holandesa CE Defft, publicado hace cinco años, estimó en más de 500 mil millones de dólares el costo en daños a la salud y el medio ambiente producida por plantas de electricidad operada con carbón mineral.
En el 2012 China estimó en 300 mil millones de pesos la inversión en medicamentos para tratar enfermedades provocadas por el hollín de sus plantas de carbón.