Opinión

Puntos… y picas

Puntos… y picas

Condena moral póstuma

La obligada revocación de la dedicatoria inicial del campeonato nacional de béisbol profesional 2018 al matador de su esposa en 1982 es un clara señal de que no importa el tiempo transcurrido de sucesos repudiables, ni la impunidad que le acompañe, si la memoria moral de la sociedad está viva.

La Liga Dominicana de Béisbol (Lidom) debió cambiar su decisión por la presión social mediática, iniciada en redes digitales, potenciada por revelaciones de la presentadora de televisión Mariasela Álvarez con datos inéditos ofrecidos por la hija mayor de la víctima de ese horrendo feminicidio.

Las circunstancias sociopolíticas de 1982, la posición influyente del victimario y la complicidad de actores del sistema judicial manejado por poderes fácticos, provocaron que el autor de aquella tragedia apenas estuviese un año en prisión, favorecido con el calificativo de “homicidio accidental”.

Lidom revocó dedicatoria del torneo de béisbol 2018 por la presión social

La sociedad le ha cobrado al pasado presidente de Lidom y otrora importante funcionario, que llegó a ser embajador dominicano ante el Estado de el Vaticano, no obstante transcurrir 36 años de aquel crimen que fue excusado en tribunales y, paradójicamente, condenó la moral de la víctima.

La imagen de esta mujer fue distorsionada cuando no podía defenderse ni sus hijas menores hacerlo por ella y es ahora cuando se sabe que estaba separada de su victimario, que le arrastraba un historial alarmante de violencia intrafamiliar y que aspiraba, válidamente, a cambiar su vida sentimental.

Hoy se ha resarcido el derecho a la dignidad y el honor personal de esta señora, las redes sociales han evidenciado su poderío en la presión mediática y la memoria colectiva indignada ha logrado la inapelable condena moral póstuma de un asesino que paseó su impunidad al más alto nivel durante 36 años.

El Nacional

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