Se le atribuye a Erasmo de Róterdam, una de las mentes más brillantes de la humanidad, haber dicho que: “El colmo de la estupidez es aprender lo que luego hay que olvidar’’. Sin embargo, en materia política, hay lecciones que no se olvidan fácilmente, pues cuando se trata de conservar o conquistar el poder, el aprendizaje debe ir a la memoria de largo plazo.
Aunque la política obedece a variables, su carácter de ciencia, nos permite pronosticar con cierta certeza acontecimientos en el tiempo.
Por ejemplo, es pronosticable que el doctor Guido Mazara labrará su espacio de poder en el Partido Revolucionario Moderno y lo hará dentro de los espacios democráticos que debe ofrecer esa organización política.
El doctor Mazara es uno de los pocos políticos profesionales que tiene el país, que contrario a una caterva de ‘’políticos enganchados’’ que ejercen poder y nunca se han leído un libro, se ha dedicado al estudio de la ciencia política.
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Es pronosticable, además, que el presidente Luis Abinader presentará su candidatura para un segundo mandato.
El mandatario encabeza todas las encuestas y tiene grandes posibilidades de seguir sentado en la silla de alfileres, sólo que el líder del PRM, nunca debe olvidar: el riesgo de una segunda vuelta electoral y las elecciones de 1996. De ahí, que es impostergable que el presidente ejerza su liderazgo para garantizar una convención democrática que fortalezca esa organización y movilice sus bases en un ambiente de unidad partidaria.
Además de la capacidad política para ser consejero presidencial, la lealtad al líder es imprescindible, pienso que debe aparecer un leal que le diga al presidente Abinader que el caso de Guido Gómez Mazara no debe manejarse con mensajeros interesados.