Opinión

QUINTAESENCIA

QUINTAESENCIA

Discurso de Danilo.-

El presidente de la República, licenciado Danilo Medina, dictó su discurso de rendición de cuentas, correspondiente al 27 de febrero de este año. Fue uno de los discursos más esperados de un mandatario dominicano. Y sobran razones para ello.

Por una parte, el jefe del Estado se mantuvo hermético en cada momento en que los periodistas le preguntaban sobre los temas que abordaría en su disertación con motivo de un nuevo aniversario de la Independencia Nacional. Con su sonrisa de político avezado, respondía que esperaran el momento adecuado. No soltó prendas ni sobre el contenido ni sobre el alcance del texto que leería ante el Congreso, y para toda la nación.

Muchas fueron las especulaciones que se hicieron sobre esa comparecencia. Ciertos dirigentes políticos llegaron hasta a descalificarla sin conocer lo que diría el presidente Medina. Aunque semejante proceder resulta asombroso, no es raro en nuestro quehacer político.

Tradicionalmente, algunos se obnubilan ante la realidad política, y se entretiene con planteamientos que no se corresponden con la madurez que deben exhibir en la lucha por el poder. Actúan como si su papel fuera la de llevar siempre la contraria al oficialismo. Están dispuestos a despreciar todo lo que salga del Presidente. Poco importa que el oficialismo plantee algo cierto o necesario o provechoso. La regla de oro aplicada es llevarle la contraria.

Pero el pueblo siempre tiene un nivel de comprensión mayor que la de sus líderes. Y se muestra sereno. Observa, calla y luego toma sus decisiones en los momentos cruciales. Entonces se escuchan los crujir de dientes y los gritos como de mujer en parto. Y hasta llegan a llorar como niños malcriados lo que no supieron defender como políticos.
Eso es lo que explica que en nuestra cultura se continúe con el criterio montonero de abajo el que suba.

Peor aún, pocos se dan cuenta de que vivimos en una sociedad que se rige por un orden constitucional. Incluso el artículo 7 de la Carta Magna instituye y consagra el Estado Social y Democrático de Derecho, como la forma en que se ha organizado la nación dominicana desde el año 2010. Y por eso debemos saber cuándo lo formal riñe con lo real y cuándo el deber ser se manifiesta frente al ser.

Por ejemplo, en el mencionado discurso, el presidente Danilo Medina no podía hacer otra cosa que decir lo que piensa y cree que se debe hacer frente a los escándalos de corrupción, muy especialmente con respecto a Odebrecht. Lo que dijo se corresponde con lo que debe ser, lo formal y constitucional. Fue inobjetable en su contenido. Otra cosa es la crítica de los adversarios.

Prueba de ello es que dejó al Ministerio Público en libertad para investigar y someter a la justicia a todos los que resulten implicados en los conocidos actos de corrupción. Y declaró que “caiga quien tiene que caer”. Aseguró que no iba a permitir la impunidad. Ahora solo resta que cumpla su palabra. Hay que esperar con la actitud correcta.

El Nacional

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