Los tapones
Gran desafío
Desde hace un buen tiempo el tránsito, por los numerosos vehículos que circulan en la ciudad, se ha convertido en un pandemonio. A la orden del día están los densos entaponamientos, que tienen mucho que ver con el sistema de concho y las voladoras que no respetan normas, deteniéndose en cualquier punto a tomar o dejar pasajeros.
Pero los tapones son mucho más endiablados en calles cuyas intersecciones son controladas por agentes de la Dirección General de Seguridad de Tránsito y Transporte Terrestre (Digesett). Como si se tratara de una tregua o un respiro a los conductores en ocasiones la tensión baja cuando se deja operar los semáforos.
Pero como si se quisiera poner a prueba la paciencia de los conductores, los agentes reaparecen en cualquier momento en las intersecciones.
El nuevo director de la Digesett, Ernesto Rodríguez García, ha dado cuenta de un proyecto para descongestionar las vías. Hay que esperar por los resultados. Además del desorden tienen las autoridades que enfrentar con responsabilidad el drama del concho, operado por chatarras, y la circulación de las voladoras que imponen sus propias leyes.
Habrá siempre sus colas para cruzar una intersección. Pero demostrado está que muchas veces los agentes empeoran el tráfico cuando sustituyen a los semáforos. Son factores que deben tomarse en cuenta para por lo menos hacer menos endiablados los tapones.
