El coach de pitcheo de los Tigres del Licey, Rafael Chaves, tiene razones sobradas para estar sentimental con el triunfo alcanzado por el equipo azul.

Chaves dejó a su familia a un lado desde los campos de entrenamientos y vino a República Dominicana para convertirse en uno de los artífices de la corona 24 de los Tigres, siendo guía para un grupo de lanzadores con brazos jóvenes y otros experimentados.

El choque de sentimientos quedó evidenciado cuando el coach puertorriqueño, en medio de la celebración, no pudo contener las lágrimas de satisfacción del deber cumplido, así como la nostalgia por la distancia de sus parientes.

“Más sentimental no me puedo poner. Estas lágrimas significan que dejé mi familia atrás y dejé parte de mi vida”, expresó el entrenador de lanzadores con experiencia en Grandes Ligas.

Chaves declaró como “misión cumplida” el trabajo realizado con los serpentineros del Licey y dedicó el triunfo a su esposa, señalando que esta lo ha acompañado en el país desde su llegada. “No me ha soltado”.

Chaves definió su labor con los Tigres como un reto difícil por el constante trabajo que hubo que realizar en todo el torneo. “Al inicio probamos mucho, porque conocía lo que ellos (los lanzadores) habían hecho. Tuve que formar mi propia opinión y ver cómo podía sacar lo mejor de ellos”, señaló.

Te puede interesar leer: Licey jugará primer partido de la Serie del Caribe ante Tiburones de Venezuela este jueves

Es de recordar las constantes visitas de Chaves al montículo para calmar e instruir a los lanzadores, sobre todo en los playoffs. Destacó que fueron días de preparación, ajustes y adaptación para lograr la meta.

“Nuestros jugadores se fajaron y se tuvieron que adaptar”, indicó el boricua, quien admitió que tuvo que adaptarse a ellos y conocer la liga: “Lo pudimos hacer y ahí está el resultado de esos ajustes”.

En la final, el Licey tuvo efectividad de 2.57 y WHIP de 1.37, sus lanzadores permitieron 23 carreras, 18 de ellas fueron limpias y propinaron 40 ponches. En la ronda regular los lanzadores de los Tigres registraron promedio de 4.29 carreras limpias y embasaron 1.47 bateadores por entrada, pero en el Round Robin las cosas cambiaron cuando cerraron con 2.64 de efectividad y WHIP de 1.29.