Raudamente nos acercamos a la Inauguración de Los Juegos Centroamericanos y del Caribe que se llevarán a cabo en la República Dominicana. No niego que cada día que pasa siento el temor de que no llenemos las expectativas en la consecución de medallas y tengamos un triste desempeño que lastime el orgullo de los dominicanos. Nos corremos el riesgo de hacer una fiesta para que los invitados se diviertan y nosotros suframos.
Lo cierto es que algunos dirigentes olímpicos y federados se mantienen en una rebeldía de terciopelo, es decir que se mantienen siendo ‘’ disidentes’’ de los juegos, sin enfrentar groseramente a sus organizadores, pero lo cierto es que no se les observa motivar a sus atletas, ni presentar algún plan para maximizar sus rendimientos.
De una manera sutil, esos dirigentes olímpicos y federados enfrentan a los organizadores del evento, por entender que no han tenido la participación en la justa como en eventos anteriores. Han empleado, lo que yo he denominado ‘’ El paso de la tortuga’’. La resistencia es pacífica, aterciopelada, pero firme.
Es muy notorio que algunos dirigentes olímpicos y federados no están interesados en impulsar los Juegos Centroamericanos y del Caribe y hacen muy poco o casi nada para que el país conozca a sus atletas.
Nadie sabe cuáles atletas tienen mayores posibilidades de éxito en las competencias.
No existe una estrategia metodológica para elevar el nivel competitivo de nuestros atletas. Se supone además, que estos juegos tienen que dejar un legado en la formación de nuevos técnicos, tal y como aconteció en los pasados Juegos Panamerica nos Junior de Paraguay.
Siempre he hecho prevalecer mi honestidad intelectual en mis escritos. Cuando entro en el campo especulativo, lo hago saber responsablemente, por lo que, puedo asegurar sin especulación alguna, que una parte importante del liderazgo olímpico y federativo, está más interesada en las elecciones del Comité Olímpico del 2026 que en los Juegos de marras.
Se les olvida a esos sempiternos dirigentes que es un deber ético cumplir con este compromiso patrio y que nuestra nación se gastará casi 10 mil millones de pesos, por lo tanto, pobre de aquel que se le demuestre que ha obrado en contra de la justa.
No albergo duda alguna de que José Monegro, presidente del Comité Organizador, Kelvin Cruz, ministro de Deportes, y Luis Mejía Oviedo, presidente de Centro Caribe Sports, están haciendo correctamente su rol para el éxito de la justa, pero tienen la ineludible responsabilidad de supervisar de manera holística todo lo concerniente al evento multidisciplinario.
Por: Ramón Rodríguez
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