Opinión

Reivindicación feminista

Reivindicación feminista

Susi Pola

El sábado pasado, Día Internacional Contra la Violencia a la Mujer, estuvimos en Salcedo uniéndonos a los actos conmemorativos realizados este año por el Poder Judicial en coordinación con la Fundación Hermanas Mirabal.

Iniciados con misa solemne en la parroquia San Juan Evangelista, luego, rendición de honores militares en el parque Duarte de esa ciudad y, finalmente un homenaje entrañable en la casa museo de “Las Muchachas”, estuvieron cargados de muchas emociones.

Reivindicar la fecha del horrendo asesinato de estas tres muchachas, a manos del poder impuesto y tirano, por ser mujeres valientes, desafiadoras en nombre de un país y también, del amor a sus compañeros, fue tarea de las feministas, dato que cada año está ausente en los discursos, probablemente, porque ni se sepa.

En 1981, en ocasión del primer Encuentro Feminista Latinoamericano en Bogotá, Colombia, y para reconocer una fecha conmemorativa que recordara en la región el terrible fenómeno de la violencia contra las mujeres, la delegación dominicana, conformada por Magaly Pineda, Sergia Galván, Ángela Hernández y otras, sugirió la dolorosa fecha el 25 de noviembre y la que fue elegida entre todas las propuestas.

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Durante 18 años, las feministas latinoamericanas y del Caribe, cada 25 de noviembre lo recordábamos en los países de la región, hasta que, finalmente, en 1999, la jornada reivindicativa fue asumida por la Asamblea General de la ONU, invitando a gobiernos y sociedades del mundo, a convocar actividades dirigidas a sensibilizar a la opinión pública sobre el problema de la violencia contra las mujeres.

Este año las feministas dominicanas seguimos reivindicando más que nunca el derecho de las mujeres y niñas de este país a no sufrir violencia por ser mujeres y a desmontar la cultura que las mantiene en permanente riesgo de dolor y muerte.

En el Manifiesto del Movimiento Feminista, entregado el pasado 25, por el respeto y protección a las mujeres, pedimos medidas urgentes de prevención en el sector educación, donde se deben fomentar las relaciones de género igualitarias, y el en sector salud, donde hay que asegurar garantía a nuestros derechos sexuales y derechos reproductivos.

Además, medidas efectivas para que cesen los mensajes denigrantes de las mujeres, incluidas las inmigrantes, que con frecuencia se promueven en los medios de comunicación y que, el sistema de justicia ofrezca las garantías necesarias para una vida sin violencia de las mujeres en los distintos ámbitos sociales.

Porque, el sacrificio de “Las Muchachas”, nos recuerda que, la violencia contra las mujeres sigue siendo una prioridad nacional.