Este concepto tiene que ver con cumplir con las obligaciones personales, familiares, laborales y ciudadanas; con rendir cuentas de los mismos; obedecer nuestra conciencia y a las autoridades, pero nunca como un acto pasivo de esclavitud, sino como el ejercicio del compromiso que dignifica a cada persona.
La responsabilidad también tiene que ver con asumir las consecuencias de nuestras decisiones y acciones. Una persona responsable es aquella que, respondiendo al llamado de sus compromisos, cumple integralmente las obligaciones que se derivan de sus capacidades y del puesto que ocupa en el espacio social en que se desarrolla.
Para desarrollar el sentido de la responsabilidad es necesario haber sido formado como individuo dentro de este valor.
En los últimos el debate institucional en Republica Dominicana han sido dominado por Código Penal, aprobado lleno de remiendos por el Senado y ahora en vista publica en la Cámara de Diputados.
Allí, en uno y otro estamento del legislativo se han puesto en evidencia la irresponsabilidad de muchos legisladores que hicieron compromisos en la sociedad sobre apoyarlo con las tres causales en lo referente al tema del aborto, pero ahora parecen olvidar.
Nuestros legisladores, que al mismo tiempo son políticos; y la mayoría con poca formación ética, moral y profesional, nos tienen acostumbrados a actuar sin sentido de responsabilidad ante los temas nacionales.
En ocasiones prefieren hacer causa común con el “hombre del maletín” y no con la población que le garantizó la curul a través del voto congresual.
El hecho de que el Código Penal tenga 22 años dando pena en los pasillos del Congreso Nacional es una demostración de la irresponsabilidad de los legisladores, de todos los partidos. A sabiendas de lo necesario que es para la nación actualizar ese estamento jurídico.
De modo que, si el impasse es por tema del aborto, entonces que se saque ese articulo de la pieza se apruebe y luego lo concerniente al aborto se haga una ley especial con una consulta amplia a la sociedad.