Reynaldo Bisonó Fernández (Altamira, Puerto Plata 12-08-1931-Santiago 17-02-24), icónico y súper promotor deportivo de Santiago y el país, desertó del plano terrenal que llamamos vida este febrero 17, y su sentidísima partida sin retorno, convida a una inflexión conectada con su memoria, su trascendental apoyo a los deportes, béisbol, softbol y boxeo.

Momento propicio para ponderar y exaltar sus grandes gemas de ser humano, no común.
Primera prole esposos don Arturo Bisonó Toribio, notable empresario factoría arroz, y esposa doña Moraima Fernández de Bisonó.

En esta versión, los santiaguenses todos recordamos la incansable mano de Papy Bisonó para sosegar penurias económicas, por el solo efluvio de servir al prójimo, accionar mediante el cual alivió paliativos de salud, cargó por su cuenta promover aficionados y clubes.

Encendiendo millares de fogones precarios de batimentos, por su mano pródiga y solidaria.
Siempre con su recordada amplia sonrisa de satisfacción por servir.
Y agradar.

Siempre con sus desestresantes ocurrencias pletóricas de jocosidades.
Y ricas anécdotas.

Deleites emocionales de sus contertulios.
Con su gran talante principesco.
Elegante caminar.
Exento de falsas poses.
Sin nunca desertar la innata sencillez.
Educación de lord.

Caballero de fina estampa en salones encopetados como en enramadas.
Concluyó bachillerato en Estados Unidos, graduado de Administración de Empresas, acompañando a su padre en esos menesteres.

Financió beisbol aficionado en Navarrete.
Reunido en 1955 en su residencia con Radhamés Trujillo, planearon construir el Estadio Radhamés, hoy Osvaldo Virgil.

Convenció al presidente Joaquín Balaguer de construir la Gran Arena del Cibao.
El presidente Salvador Jorge Blanco lo designó el primer Comisionado de Beisbol, ampliando a seis los equipos de beisbol profesional.

Gerente General. Presidente Aguilas Cibaeñas.
Presidente Ad-vitan de la Cuyaya.
Designado Zar Pequeñas Ligas.
Promocionar el deporte le consumió tiempo, recursos económicos, permanente dedicación, en vez de contrariedades, fueron inconmensurables estímulos emocionales.

En 1953 organizó el primer equipo de softbol de Santiago, integrado por José Augusto León Asensio, Oscar Gobaira, Caonabo Almonte Máyer (Chino), Andrés -El Cura- Pichardo, Chery Persia, Salvador Jorge Blanco y Leo Nicolás.

En artículos en este periódico, el suscrito ponderó los méritos de Papy Bisonó para exaltarlo Inmortal del Deporte, y en ese afán susurré la ponencia al dilecto Luis Scheker Ortiz cuando fue presidente del Pabellón de la Fama, respondiéndome que no todos merecían ser exaltados.

Eso insistí con el fraterno Leo Corporán, persona noble y sin malicia.
La impronta de Papy Bisonó sobrepasa un merecido reconocimiento del Pabellón de la Fama del Deporte.
Su foja de servicios al deporte está inscrita indeleble en la historia nacional.
Papy Bisonó procedió por todo lo alto en su modélica vida.
El mayor palmarés para su gloria eterna.
Vivió y predicó como Juvenal:
“Mens sana in corpore sano”.