Luis Abinader
En medio de las convulsiones que estremecen a Haití, la seguridad invocada por el presidente Luis Abinader para negar la entrada al país a su colega de la vecina nación, Ariel Henry, es más que comprensible.
República Dominicana no podía exponerse con la presencia de Henry tras el mandatario no poder desembarcar en su país después de un viaje a Kenia para suscribir acuerdos sobre el despliegue en el territorio de tropas extranjeras.
En una entrevista con el Financial Times, Abinader enfatizó la ausencia de Gobierno y de autoridad en Haití, al tiempo de describir la situación como totalmente insostenible.
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La realidad es que la presencia de Henry, quien trató de instalarse aquí y cuya cabeza es reclamada por pandilleros haitianos, era una amenaza para la seguridad del territorio.
En no dejarlo entrar Abinader actuó como aconsejan las circunstancias.
