Es la inversión social y estatal que más nos retribuye y beneficia. Ofrece múltiples ventajas que impactan a diferentes niveles, a saber, individual, familiar, social y económico.

Cuando contribuye a disminuir el temor y la ansiedad en la vida diaria, cada ciudadano está más libre y cómodo en su entorno, con un sentido de pertenencia que lo involucra y compromete plenamente con el bienestar colectivo.

Propende a una mejor salud mental al reducir el estrés y la preocupación por la violencia o el crimen. Las personas confían más en su comunidad y en las instituciones cuando se sienten seguras, y esto redunda en favor del espíritu productivo y emprendedor que nos lleva a crecer de manera sostenible. Así, la familia se desarrolla unida, próspera.

Los niños crecen en un ambiente más saludable, lo que favorece su desarrollo emocional, mental y social. Esto fomenta la unión familiar, con lo cual este núcleo participa en actividades comunitarias sin preocupaciones.

Promueve la solidaridad y la colaboración entre los miembros de la comunidad en ambiente que motiva a las personas a participar en actividades cívicas y en la toma de decisiones comunitarias.

Crea un clima sano y estable que atrae la inversión, e impulsa el desarrollo económico local. Factor fundamental para el turismo. El crecimiento de la actividad comercial es altamente beneficiada ya que los propietarios se sienten más seguros al operar.

No solo es esencial para el bienestar individual, sino que también es un pilar fundamental para el desarrollo de la familia, la cohesión social y la prosperidad económica.