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Siempre con la verdad

Siempre con la verdad

Ramón Rodríguez

La ausencia de Doñé
La idea de la imprescindibilidad siempre será discutida. El genio de Napoleón Bonaparte solía manifestar el dolor que le causaba el ver tantos imprescindibles enterrados. Pienso que la imprescindiblidad tiene mucho que ver con el momento histórico determinado.

Después que José Martí entregó su vida de cara al sol el 19 de mayo de 1895″ en Dos Ríos”, el cielo se derrumbó y hasta las aves dejaron de cantar. Fue un cataclismo para las aspiraciones del pueblo cubano. Así ocurre en el arte, la ciencia, política y en el deporte. Hay seres humanos imprescindibles, pues la obra más hermosa de la humanidad es la de ser útil, según Sófocles y Nelly Manuel Doñé le fue siempre útil al país y al Movimiento Deportivo Nacional.

Desde mi óptica, sin la presencia del profesor Nelly Manuel Doñé, los desafíos que tiene por delante Luisin Mejía y su Comité Ejecutivo, son muy difíciles.

No es una posición pesimista, sino realista. Para nadie es un secreto que el profesor Doñé fue un ente de equilibrio que pudo detener todos los conatos de crisis que amenazaron la vida institucional del COD. Es justo reconocer la capacidad y la experiencia de Luisin, pero el respeto al exasesor del Mauricio Báez marcaba la diferencia para detener las inconductas, ambiciones desmedidas, y los desatinos de algunos federados.

Pienso que muchos de los problemas que el profesor Nelly Manuel pudo detener, ya están saliendo a flote, pues nunca han dejado de existir. Hay temas palpitantes que el presidente Luisin Mejía, como líder del Movimiento Olímpico, está en el deber de debatirlos con responsabilidad. La ausencia de Doñé obliga a poner las cartas sobre la mesa y con sinceridad. Hay temas que hace más daño postergarlos que debatirlos.

El Movimiento Olímpico debe definir el asunto del amigo Luisin Mejía: ¿se va o se queda? Eso no debe estar en el limbo, pues es un tema recurrente a cada momento y Antonio Acosta, (Colin) y José Manuel Ramos, ambos aspirantes a la presidencia del COD, están a la espera de esa definición. La sede de Tokio 2020 está dada desde el 2013 y hace apenas dos semanas que se envió el presupuesto a Miderec. Eso no es posible. El COD ya no puede ocultar más la calamidad económica que enfrenta el albergue olímpico. Danilo Díaz y Luisin Mejía deben tocar ese tema con franqueza.

Estoy convencido de que Doñé era un freno, un dique de contención, no solamente para algunos federados soberbios, sino para el mismo Luisin, quien se ha acostumbrado a mandar y podría creer que maneja verdades absolutas. Tanto tiempo al frente de una institución desarrolla el síndrome de Luis XIV, de que “El Estado soy yo”.

El Comité Olímpico Dominicano se juega una pelota caliente: necesita más recursos económicos y Luisín Mejía necesita definir su situación, para evitar mayores divisiones en el Movimiento Deportivo Nacional.

Ojalá y el 16 de septiembre que será el acostumbrado conversatorio del COD y las federaciones, se le rinda un homenaje a Nelly Manuel Doñé con un diálogo fraterno, unitario, pero franco, sin cartas debajo de las mangas. Motive eso,
presidente Luisín Mejía, que Doñé se lo merece.

El Nacional

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