Opinión Articulistas

Sindicatos impuros

Sindicatos impuros

Manuel Fermín

En todas las coyunturas no resulta difícil saber qué persigue la ADP y qué el CMD. Existe una profunda interacción entre ambos gremios. Los dos viven de la agitación permanente, del chantaje contra los gobiernos. Les apasiona la zozobra en estos dos servicios públicos que atienden, tergiversando la realidad a su favor, para lograr sus beneficios salariales.

Nadie niega las deficiencias históricas en las escuelas y en los hospitales abrumados de dificultades que entorpecen las labores, es absolutamente verdad.

Sin embargo, bajo el amparo de que se mejoren estas lo que obtienen son conquistas salariales presionando gobiernos temblorosos. Siempre le han servido de excusas para montar en tiempo crítico para el servicio, su espectáculo de reclamos excesivos de más recursos en forma voraz y deshonesta pues su trabajo es deficiente y cuestionable.

Su paralelismo se afianzó la semana pasada que iniciaron sus acostumbrados «paros» como método de lucha afectando la población económica más débil. Indiscutiblemente que a los diferentes gobiernos le ha faltado imponer su autoridad con el carácter que implica ejercer el poder para contrarrestar estas actitudes antipatrioticas, y que ya en forma burda sus dirigentes han pretendido darles un sentido épico a sus constantes protestas.

Hace algún tiempo el Gobierno trataba de debilitar este hostigamiento y alboroto, aún con cierto corte represivo, pero daba señales de que la autoridad no era débil: utilizando los médicos militares y aquellos que estuvieran en el sistema administrativo, y otros no sindicalizados; a los maestros le retenía sus sueldos mientras estaban en paro, y se recuerda que hubo una larga retención en una ocasión.

¿Dónde está el límite a este comportamiento de médicos y maestros?. A la vista de toda esta práctica, parece que todo vale con tal de lograr sus propósitos.

Hace tiempo que este gremialismo no es puro y hay una manga de depredadores (as) que se lucran de esta desacreditada defensa de los trabajadores. La verdad es que no alcanzaremos un desarrollo sostenible con servicios precarizados en Educación y Salud.