Después de la decepción de la derrota de nuestro equipo de baloncesto en el Mundial frente a Puerto Rico, decidimos dejar Manila atrás y dirigirnos a Singapur. Desde el momento en que aterrizamos en el aeropuerto, nos quedamos asombrados por la impresionante modernidad y el increíble orden que reina en esta ciudad-estado.

Es cierto que Singapur puede ser un lugar costoso, pero créanme, vale la pena cada centavo, ya que ofrece una visión de lo que podrían ser las ciudades del futuro.

Mientras se pasea por sus amplias y ultramodernas avenidas, te encuentras rodeado de rascacielos innovadores que tocan el cielo. Tanto en las calles como en el extenso sistema subterráneo, te sorprende la abundancia de árboles y flores. Esta ciudad es un auténtico jardín, donde la limpieza es impecable, y las normas de comportamiento se toman en serio.

Es interesante notar que aquí está prohibido masticar chicle, cruzar la calle fuera de los pasos de peatones y fumar en público.

En mi experiencia, vi a los fumadores reunidos en áreas específicas, marcadas con líneas, en las aceras. Además, es importante mencionar que las penas de muerte aún se aplican en ciertos casos relacionados con el tráfico de drogas y la corrupción en el Estado.

A pesar de su tamaño compacto, Singapur alberga una población diversa de cinco millones de habitantes, principalmente de ascendencia china, india y malaya.

El poder adquisitivo aquí es alto, y las principales actividades económicas incluyen servicios bancarios, exportación de orquídeas, cirugía cosmética de renombre mundial y modernos puertos marítimos.

Además, el turismo está en auge, con parques temáticos como Universal Studios y un enfoque en el desarrollo turístico reciente. Cuando preguntas a los locales sobre la clave de su éxito en tan solo 50 años, la respuesta es simple pero impactante: educación, educación y educación.

Casi todos los residentes hablan inglés además de su lengua materna, lo que facilita la comunicación. Y no puedo dejar de mencionar la increíble comida que se encuentra en cada esquina; es realmente deliciosa.